este último 29 de diciembre no fue un día cualquiera, es cierto que fue un sábado frío y gris en Barcelona, pero a la salida de la Cárcel de Quatre Camins había alguien que no cabía en sí de alegría:
¡sí! mi amigo Rodrigo Lanza, después de siete años de "talego vil", después de siete años de encarcelamiento producto de una vergonzosa sentencia y de un proceso judicial que no sólo se saltó todas las presunciones de inocencia, sino informes forenses y de todo tipo que demostraban que Rodrigo jamás había cometido el delito del que le acusaban, después de pasar el infierno que sólo él conoce sus dimensiones y sus límites: una puta celda de la cárcel de Quatre Camins...sí, desde el 29 de diciembre Rodrigo ya no habrá de ir cada noche a dormir a la cárcel, ni soportar las manías de la "psicóloga" penal ni los controles estrictos-estrictísimos a los que era sometido, ni...
desde el día 29 Rodrigo vuelve a estar con Mariana, su madre, con Kata, con Carlos y con todos los amigos que de una forma u otra hemos estado cerca de él.
en estos días en que abundan los abrazos y saludos de buenos deseos para el año que se inicia y que todos sabemos que será un añomalo, un añodemierda, a mí sólo me queda desea que no nos falte espíritu de lucha, ganas de dar caña contra todos estos rancios cantos de sirenas casposas, ganas de desmontar las patrañas de este fascismoFAES que ha llegado al poder como todos los fascismos:a través de las urnas y con mayoría absoluta; pienso que cuando a uno le asaltan las dudas sobre lo que puede perder o dejar de ganar, si hay algo más que agitar las manitas y continuar con la parálisis de la indignación de acampada, si continuar en el callejón sin salida de las neutralidades o de una buena vez decir hasta donde el riesgo y hasta donde el compromiso, pues pienso que sería útil imaginarnos un día, sólo un día de encarcelamiento injusto... Rodrigo pasó siete años y ha salido entero ideológicamente, políticamente y en toda su dimensión humana: ese es el espíritu de lucha que deseo a todos mis amigos en estos días
transcribo la carta que Rodrigo redactó el 28 de diciembre y que me he permitido copiar del Blog "Desmontando el 4F"
y claro, para quienes no sepan "de qué va" todo esto a continuación de la carta encontrarán el "0 comentario" que añadí al microrrelato "El Error". Esta vez con una foto de Patricia Heras.
(la foto del encabezamiento es de Rodrigo con Mariana "Coraje", su madre)
la carta
carta de Rodrigo Lanza després de passar la seva última nit a presó:
Barcelona, 28 de diciembre de 2012.- Me levanto con el sonido de un despertador que apago al instante. 6.30 de la mañana y siento que no he dormido nada, pero salgo despedido de la cama como un rayo, me visto con toda la rapidez que hace alguien saliendo de la cama a esa hora en invierno y me dispongo a recoger mis cosas a toda prisa, meto en mi mochila la almohada que me ha acompañado estos últimos 3 años y a la que tristemente me he acostumbrado más de lo que quisiera y le echo una última mirada a la habitación donde me encuentro. Soy el último en salir, mejor así, no me gustan las despedidas. Las literas no me dicen nada y mirando hacia ningún punto en concreto lo único que espero es que nunca vuelva a verme otra vez en una situación como esa, nunca más dormir en una celda.
6.40 y me abren la puerta de la celda. El carcelero me pilla cagando y le grito “¡Salgo ya!”, seguro que a él no le ha hecho gracia, aunque a mí me gusta la ironía de la situación, aparte que así me ahorro el verle la cara mientras va a abrir otras celdas de gente en 3º grado que sale a la misma hora que yo. Salgo del baño y otra mirada furtiva a la que fue mi habitación en la cárcel, un “hasta nunca” entre los dientes y me voy levantando el dedo. “Esto no es un final, es un comienzo” me digo para mis adentros.
Me dirijo hacia la garita de carceleros y firmo mi salida del día, como he hecho los últimos 400 días o más, cruzo una puerta de cristal blindado, luego otra, luego una puerta de barrotes y un portón de metal, luego otro… ya estoy fuera.
Hay tanto y tan poco que decir sobre un día cómo este que tampoco es fácil sentarse a escribir algo, supongo que si pudiera estar en silencio lo estaría, o mejor dicho, si pudieras estar ahora conmigo haciéndome compañía no haría falta hablar ni escribir y podríamos compartir uno de esos momentos cómodos al que tanto valor les daban en Pulp Fiction, levantar una cerveza y brindar, cómo lo hago desde que entré en la cárcel, por las y los que no pueden brindar en ese momento.
Han sido mis últimos 7 años de vida los que he pasado de un modo u otro bajo el yugo de la cárcel, 4 de ellos en segundo grado, y si dijera que eso no me ha marcado o que no tengo nada que comentar al respecto claramente estaría mintiendo. ¿Pero qué se puede decir? Aún no me creo que haya acabado, eso sería una verdad. Otra sería que no me creo nada hasta que firme mañana mi definitiva, me devuelvan mis pasaportes y tenga en mis manos el papel de la excarcelación… Otra verdad sería que hemos aprendido, yo y quienes me rodean, de esta injusticia. Hemos aprendido a valorarnos y a reconocer a las y los amigos, a los y las compañeras, a la familia. A que tener paciencia no es quedarse de brazos cruzado ni que ser débil es equivocarse, caerse o llorar. Hemos aprendido a odiar y hacer algo con ese odio, a empaparnos de lo ajeno y hacer del sufrimiento de otros el nuestro, de la lucha ajena la propia y a alzar la voz cuando lo único que quieren es tenernos en silencio. Hemos aprendido a ser humildes, a mirar a la cara al enemigo y a no demostrar miedo… Tampoco digo que sin la cárcel no hubiéramos aprendido nada de esto, pero hace tiempo que ya he dejado de torturarme preguntándome “que hubiera sido si…”, siempre he pensado que no vale la pena perderse en esas cosas ni quejarse con lo que nos toca vivir, sólo nos queda seguir con el camino que creemos el correcto y afrontarlo como mejor podamos, pues solo lo recorreremos una vez y nada más.
Creo que me han preguntado más de 10 veces hoy que cómo estoy, cómo lo llevo, cómo me siento… y a cada pregunta más complicado se me hace encontrar respuesta o saber qué decir al respecto. No se pueden resumir en una frase o en una sola sensación lo que es quitarse este peso de encima, porque realmente no es así, claramente hoy soy más libre que ayer y mañana espero serlo un poco más, pero estoy seguro y soy consciente de que el peso de estos años lo seguiré llevando mucho tiempo y que la Libertad no es algo que simplemente se reduce a la cárcel.
Mi odisea se acaba, claramente estoy contento por ello, pero nunca dejo de pensar en toda las personas que dejo atrás, toda las personas que entrarán en ese circo patético al que hoy llaman justicia y se verán en una situación similar o peor a la mía. Ellos han sido mi familia y compañeros en momentos importantes de mi vida y eso no lo olvidaré nunca, el cómo puedes encontrar la mayor nobleza entre las gente que “en teoría” son la escoria de la sociedad… Supongo que eso define bastante el mundo en el que vivimos. ¡¡¡Salud familia, a seguir luchando juntxs!!!
Barcelona, 28 de diciembre de 2012.- Me levanto con el sonido de un despertador que apago al instante. 6.30 de la mañana y siento que no he dormido nada, pero salgo despedido de la cama como un rayo, me visto con toda la rapidez que hace alguien saliendo de la cama a esa hora en invierno y me dispongo a recoger mis cosas a toda prisa, meto en mi mochila la almohada que me ha acompañado estos últimos 3 años y a la que tristemente me he acostumbrado más de lo que quisiera y le echo una última mirada a la habitación donde me encuentro. Soy el último en salir, mejor así, no me gustan las despedidas. Las literas no me dicen nada y mirando hacia ningún punto en concreto lo único que espero es que nunca vuelva a verme otra vez en una situación como esa, nunca más dormir en una celda.
6.40 y me abren la puerta de la celda. El carcelero me pilla cagando y le grito “¡Salgo ya!”, seguro que a él no le ha hecho gracia, aunque a mí me gusta la ironía de la situación, aparte que así me ahorro el verle la cara mientras va a abrir otras celdas de gente en 3º grado que sale a la misma hora que yo. Salgo del baño y otra mirada furtiva a la que fue mi habitación en la cárcel, un “hasta nunca” entre los dientes y me voy levantando el dedo. “Esto no es un final, es un comienzo” me digo para mis adentros.
Me dirijo hacia la garita de carceleros y firmo mi salida del día, como he hecho los últimos 400 días o más, cruzo una puerta de cristal blindado, luego otra, luego una puerta de barrotes y un portón de metal, luego otro… ya estoy fuera.
Hay tanto y tan poco que decir sobre un día cómo este que tampoco es fácil sentarse a escribir algo, supongo que si pudiera estar en silencio lo estaría, o mejor dicho, si pudieras estar ahora conmigo haciéndome compañía no haría falta hablar ni escribir y podríamos compartir uno de esos momentos cómodos al que tanto valor les daban en Pulp Fiction, levantar una cerveza y brindar, cómo lo hago desde que entré en la cárcel, por las y los que no pueden brindar en ese momento.
Han sido mis últimos 7 años de vida los que he pasado de un modo u otro bajo el yugo de la cárcel, 4 de ellos en segundo grado, y si dijera que eso no me ha marcado o que no tengo nada que comentar al respecto claramente estaría mintiendo. ¿Pero qué se puede decir? Aún no me creo que haya acabado, eso sería una verdad. Otra sería que no me creo nada hasta que firme mañana mi definitiva, me devuelvan mis pasaportes y tenga en mis manos el papel de la excarcelación… Otra verdad sería que hemos aprendido, yo y quienes me rodean, de esta injusticia. Hemos aprendido a valorarnos y a reconocer a las y los amigos, a los y las compañeras, a la familia. A que tener paciencia no es quedarse de brazos cruzado ni que ser débil es equivocarse, caerse o llorar. Hemos aprendido a odiar y hacer algo con ese odio, a empaparnos de lo ajeno y hacer del sufrimiento de otros el nuestro, de la lucha ajena la propia y a alzar la voz cuando lo único que quieren es tenernos en silencio. Hemos aprendido a ser humildes, a mirar a la cara al enemigo y a no demostrar miedo… Tampoco digo que sin la cárcel no hubiéramos aprendido nada de esto, pero hace tiempo que ya he dejado de torturarme preguntándome “que hubiera sido si…”, siempre he pensado que no vale la pena perderse en esas cosas ni quejarse con lo que nos toca vivir, sólo nos queda seguir con el camino que creemos el correcto y afrontarlo como mejor podamos, pues solo lo recorreremos una vez y nada más.
Creo que me han preguntado más de 10 veces hoy que cómo estoy, cómo lo llevo, cómo me siento… y a cada pregunta más complicado se me hace encontrar respuesta o saber qué decir al respecto. No se pueden resumir en una frase o en una sola sensación lo que es quitarse este peso de encima, porque realmente no es así, claramente hoy soy más libre que ayer y mañana espero serlo un poco más, pero estoy seguro y soy consciente de que el peso de estos años lo seguiré llevando mucho tiempo y que la Libertad no es algo que simplemente se reduce a la cárcel.
Mi odisea se acaba, claramente estoy contento por ello, pero nunca dejo de pensar en toda las personas que dejo atrás, toda las personas que entrarán en ese circo patético al que hoy llaman justicia y se verán en una situación similar o peor a la mía. Ellos han sido mi familia y compañeros en momentos importantes de mi vida y eso no lo olvidaré nunca, el cómo puedes encontrar la mayor nobleza entre las gente que “en teoría” son la escoria de la sociedad… Supongo que eso define bastante el mundo en el que vivimos. ¡¡¡Salud familia, a seguir luchando juntxs!!!
para los que no sepan que pasó el 4 de febrero de 2006
(el texto fue escrito en 2011)
Mi amigo Rodrigo Lanza es estudiante de Historia de la Universitat
de Barcelona.
Mi amigo Rodrigo Lanza lleva 5 años en la cárcel acusado, procesado y condenado por un delito que nunca cometió.
los hechos:
4 de febrero de 2006. Sant Pere més Baix. Ciutat Vella. Edificio perteneciente al Ayuntamiento de Barcelona. Okupado, precintado y vuelto a okupar.
4 de febrero de 2006. Madrugada. En el edificio de Sant Pere més Baix unas mil personas asisten a un concierto de varios grupos. Quejas de los vecinos a la Guardia Urbana. Desalojo (“Son disturbios”, ya se sabe). Carga policial conjunta de Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra. Un guardia urbano recibe en la cabeza el impacto de una maceta arrojada por algún descerebrado (siempre los hay y los habrá). En aquel momento, Rodrigo Lanza, Alex Cisterna y Juan Pinto (todos sudakas, a mucha honra) comienzan a correr al ver el cariz que toma el asunto, pero son emboscados por la Guardia Urbana. Refriegas. Golpes de porra en cabeza y cuerpo (a Rodrigo le abren la cabeza con herida expuesta y sangrante). Son detenidos y llevados a dependencias policiales. Torturas, amenazas, insultos racistas (loas a Pinochet y a la dictadura argentina. Desaparecidos, etc.). A instancias de Amnistía Internacional serán investigadas las torturas y la aplicación improcedente de la Ley antiterrorista. La jueza que investigará los hechos será la misma que luego juzgará a Rodri, Alex y Juan. Será la misma que le dirá a Rodri a la cara: “aunque vengan mil como usted yo siempre le creeré a la Guardia Urbana y a los Mossos”.
la maceta:
El guardia urbano que recibe el impacto de la maceta es atendido por pérdida parcial de masa encefálica. Se le provoca un coma inducido. Se le opera. El guardia ya no volverá del coma y quedará tetrapléjico y en estado vegetativo hasta hoy.
El informe de la lesión traumática del guardia urbano realizado tanto por personal de Ambulancias de Catalunya, como de Urgencias confirman el impacto de un objeto contundente de trayectoria de arriba hacia abajo que interesa la región craneana posterior (la nuca). Dicho informe, hasta le fecha desaparecido, cae en manos del Regidor de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona: Jordi Hereu -alcalde de Barcelona hasta el 22M-. La versión del impacto de la maceta fue sostenida públicamente y, en primera instancia, por el alcalde de entonces, Joan Clos...
el montaje:
La Guardia Urbana tiene siete detenidos. Decide que tres de ellos estarán implicados directamente en todos los altercados. Deciden tres cabezas de turco. Deciden que Rodrigo Lanza será el autor del lanzamiento de una piedra con la complicidad de Alex Cisterna y Juan Pinto. De la maceta se pasa a la piedra con tan mala pata para ellos que durante el juicio entrarán en contradicción con todas sus declaraciones anteriores. Pero a la jueza sólo le vale “lo que diga la Guardia Urbana”
el juicio:
15 de enero de 2008. La Audiencia Provincial de Barcelona juzga los hechos de Sant Pere més Baix. El juicio está plagado de irregularidades que ofenden a la inteligencia y al mínimo sentido común. Todo ello será manifestado por el Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos (OSPDH) de la Universitat de Barcelona, por la Comisión de Defensa de los Derechos de la Persona del Colegio de Abogados de Barcelona, por Justicia y Pau, por la Comisión de Derechos Humanos de Santiago de Chile y por representantes de los cuerpos diplomáticos de Argentina y Chile.
Quizá un ejemplo claro de la pobreza argumental de la Fiscalía, acusación particular y jueza sea el siguiente: Rodrigo Lanza arroja una piedra que impacta en la parte frontal del guardia urbano lo cual provoca su caída hacia atrás con la consiguiente fractura en la parte posterior craneal (nuca). Para un videojuego o dibujos animados la tesis puede ser válida, pero la realidad es más tozuda: sólo pensemos en el tamaño y masa del pedrusco arrojado capaz de tumbar a una persona. El informe forense realizado a instancia de la defensa constataba entre otras cosas que: el guardia urbano no tenía ni había tenido nunca una herida, contusión o fractura en la parte frontal y que la fractura en la nuca se había producido por impacto de un objeto contundente con trayectoria de arriba abajo, nunca horizontal. El informe de la defensa fue rechazado como improcedente por la Jueza que sí aceptó el informe de la Guardia Urbana plagado de contradicciones.
Rodrigo Lanza fue condenado a cuatro años y seis meses por un “delito de atentado” y a pagar 1.070.000 de multa (sí, un millón de euros).
Rodrigo queda en libertad provisional.
la persecución continua:
La presión policial sobre Rodrigo se hace insostenible. Se busca que “meta la pata”. Rodrigo se traslada a vivir a Zaragoza. Aprende el oficio de panadero con el que se ganará la vida. Comienza a rehacer su vida. Pero el 3 de Junio de 2009 el Tribunal Supremo ante el cual ha recurrido la acusación particular, confirma la pena a los cinco acusados entre ellos los tres cabezas de turco y Patricia Heras y, en el caso de Rodrigo se le aumenta en dos años más..
28 de diciembre de 2009 Rodrigo Lanza ingresa en la cárcel de Quatre Camins.
18 de octubre de 2010: la 21ª sección de la Audiencia Provincial de Barcelona rechaza la petición de “régimen semiabierto” para Rodrigo –salir a trabajar durante el día y dormir en la cárcel-. La jueza Teresa de la Concepción Costa Vayá niega la solicitud argumentando: “...se trata de un individuo de ideología anti-sistema en general, con una total falta de asunción delictiva, que en ningún momento de su trayectoria ha reconocido como tal”. ¡¡¡Vale la jueza acaba de convertir a Rodrigo en preso político. Si tenemos una justicia que no nos la merecemos!!!
Rodrigo en la cárcel es el responsable de la limpieza del polideportivo, ha organizado varios equipos de baloncesto y ha puesto orden y concierto en la biblioteca, sin embargo aún continúa con calificación “D” –por un “error informático”-. Pensemos que un etarra con varios delitos de sangre, asesinos en serie o violadores tienen calificación “C”. Habitualmente los presos más peligrosos tienen calificación “B”. Ello supone que cuando Rodrigo salga en libertad en diciembre de 2012 habrá cumplido la totalidad de su condena.
Y hasta aquí llego por, ahora
En memoria de Patricia Heras:
Patricia el 4 de febrero de 2006, cerca de San Pere més Baix sufre una caída con su bicicleta a la hora de la represión general. Entra por Urgencias en un centro hospitalario y allí coincide con la policía que vigila a los detenidos lesionados después de la represión. Un Mosso la acusa de haberle lanzado una valla a un compañero. Sin pruebas de ningún tipo allí mismo es maltratada, esposada y detenida.
Patricia Heras fue juzgada por los hechos de Sant Pere més Baix y condenada a tres años de prisión. Condena que ratificó el Tribunal Supremo el 3 de junio de 2009. En octubre de 2010 Patricia tuvo que reingresar a la cárcel de Wad Ras de Barcelona. El 18 de diciembre de ese año se le concedió la sección abierta: trabajar de día, pero ir a dormir de noche.
El 28 de abril de 2011 Patricia Heras se suicidó.
En su blog, que era también su diario, el penúltimo día anterior a su tremenda decisión escribe: “Estoy colapsada agobiada, cansada, estresada, atacada, puteada asustada...me siento extraña coño!!!, y más que comprensión, regañinas enfados o despiste general con el tema, lo que necesito es una ayudita para no asfixiarme y petar, PETAR. Esta situación es una puta locura joder, ni retorno a mi vida ni vuelvo a mi realidad”
Finalmente apuntar que la Consellera de Interior el 4 de febrero de 2006 era Montserrat Tura y que la Consellera de Justicia en enero de 2008 era Montserrat Tura. El día 15 de junio de 2011, “el dels fets del Parlament de Catalunya” la señora Tura fue humillada y escarnecida por un grupo de lúmpenes que le pintaron una cruz en su gabardina.
Tuve que hacer un esfuerzo de conciencia para rechazar aquel hecho. No tengo que hacer ningún esfuerzo para dedicarle a esa señora el más profundo de mis desprecios y el más constante de mis odios.
Mi amigo Rodrigo Lanza lleva 5 años en la cárcel acusado, procesado y condenado por un delito que nunca cometió.
los hechos:
4 de febrero de 2006. Sant Pere més Baix. Ciutat Vella. Edificio perteneciente al Ayuntamiento de Barcelona. Okupado, precintado y vuelto a okupar.
4 de febrero de 2006. Madrugada. En el edificio de Sant Pere més Baix unas mil personas asisten a un concierto de varios grupos. Quejas de los vecinos a la Guardia Urbana. Desalojo (“Son disturbios”, ya se sabe). Carga policial conjunta de Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra. Un guardia urbano recibe en la cabeza el impacto de una maceta arrojada por algún descerebrado (siempre los hay y los habrá). En aquel momento, Rodrigo Lanza, Alex Cisterna y Juan Pinto (todos sudakas, a mucha honra) comienzan a correr al ver el cariz que toma el asunto, pero son emboscados por la Guardia Urbana. Refriegas. Golpes de porra en cabeza y cuerpo (a Rodrigo le abren la cabeza con herida expuesta y sangrante). Son detenidos y llevados a dependencias policiales. Torturas, amenazas, insultos racistas (loas a Pinochet y a la dictadura argentina. Desaparecidos, etc.). A instancias de Amnistía Internacional serán investigadas las torturas y la aplicación improcedente de la Ley antiterrorista. La jueza que investigará los hechos será la misma que luego juzgará a Rodri, Alex y Juan. Será la misma que le dirá a Rodri a la cara: “aunque vengan mil como usted yo siempre le creeré a la Guardia Urbana y a los Mossos”.
la maceta:
El guardia urbano que recibe el impacto de la maceta es atendido por pérdida parcial de masa encefálica. Se le provoca un coma inducido. Se le opera. El guardia ya no volverá del coma y quedará tetrapléjico y en estado vegetativo hasta hoy.
El informe de la lesión traumática del guardia urbano realizado tanto por personal de Ambulancias de Catalunya, como de Urgencias confirman el impacto de un objeto contundente de trayectoria de arriba hacia abajo que interesa la región craneana posterior (la nuca). Dicho informe, hasta le fecha desaparecido, cae en manos del Regidor de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona: Jordi Hereu -alcalde de Barcelona hasta el 22M-. La versión del impacto de la maceta fue sostenida públicamente y, en primera instancia, por el alcalde de entonces, Joan Clos...
el montaje:
La Guardia Urbana tiene siete detenidos. Decide que tres de ellos estarán implicados directamente en todos los altercados. Deciden tres cabezas de turco. Deciden que Rodrigo Lanza será el autor del lanzamiento de una piedra con la complicidad de Alex Cisterna y Juan Pinto. De la maceta se pasa a la piedra con tan mala pata para ellos que durante el juicio entrarán en contradicción con todas sus declaraciones anteriores. Pero a la jueza sólo le vale “lo que diga la Guardia Urbana”
el juicio:
15 de enero de 2008. La Audiencia Provincial de Barcelona juzga los hechos de Sant Pere més Baix. El juicio está plagado de irregularidades que ofenden a la inteligencia y al mínimo sentido común. Todo ello será manifestado por el Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos (OSPDH) de la Universitat de Barcelona, por la Comisión de Defensa de los Derechos de la Persona del Colegio de Abogados de Barcelona, por Justicia y Pau, por la Comisión de Derechos Humanos de Santiago de Chile y por representantes de los cuerpos diplomáticos de Argentina y Chile.
Quizá un ejemplo claro de la pobreza argumental de la Fiscalía, acusación particular y jueza sea el siguiente: Rodrigo Lanza arroja una piedra que impacta en la parte frontal del guardia urbano lo cual provoca su caída hacia atrás con la consiguiente fractura en la parte posterior craneal (nuca). Para un videojuego o dibujos animados la tesis puede ser válida, pero la realidad es más tozuda: sólo pensemos en el tamaño y masa del pedrusco arrojado capaz de tumbar a una persona. El informe forense realizado a instancia de la defensa constataba entre otras cosas que: el guardia urbano no tenía ni había tenido nunca una herida, contusión o fractura en la parte frontal y que la fractura en la nuca se había producido por impacto de un objeto contundente con trayectoria de arriba abajo, nunca horizontal. El informe de la defensa fue rechazado como improcedente por la Jueza que sí aceptó el informe de la Guardia Urbana plagado de contradicciones.
Rodrigo Lanza fue condenado a cuatro años y seis meses por un “delito de atentado” y a pagar 1.070.000 de multa (sí, un millón de euros).
Rodrigo queda en libertad provisional.
la persecución continua:
La presión policial sobre Rodrigo se hace insostenible. Se busca que “meta la pata”. Rodrigo se traslada a vivir a Zaragoza. Aprende el oficio de panadero con el que se ganará la vida. Comienza a rehacer su vida. Pero el 3 de Junio de 2009 el Tribunal Supremo ante el cual ha recurrido la acusación particular, confirma la pena a los cinco acusados entre ellos los tres cabezas de turco y Patricia Heras y, en el caso de Rodrigo se le aumenta en dos años más..
28 de diciembre de 2009 Rodrigo Lanza ingresa en la cárcel de Quatre Camins.
18 de octubre de 2010: la 21ª sección de la Audiencia Provincial de Barcelona rechaza la petición de “régimen semiabierto” para Rodrigo –salir a trabajar durante el día y dormir en la cárcel-. La jueza Teresa de la Concepción Costa Vayá niega la solicitud argumentando: “...se trata de un individuo de ideología anti-sistema en general, con una total falta de asunción delictiva, que en ningún momento de su trayectoria ha reconocido como tal”. ¡¡¡Vale la jueza acaba de convertir a Rodrigo en preso político. Si tenemos una justicia que no nos la merecemos!!!
Rodrigo en la cárcel es el responsable de la limpieza del polideportivo, ha organizado varios equipos de baloncesto y ha puesto orden y concierto en la biblioteca, sin embargo aún continúa con calificación “D” –por un “error informático”-. Pensemos que un etarra con varios delitos de sangre, asesinos en serie o violadores tienen calificación “C”. Habitualmente los presos más peligrosos tienen calificación “B”. Ello supone que cuando Rodrigo salga en libertad en diciembre de 2012 habrá cumplido la totalidad de su condena.
Y hasta aquí llego por, ahora
En memoria de Patricia Heras:
Patricia el 4 de febrero de 2006, cerca de San Pere més Baix sufre una caída con su bicicleta a la hora de la represión general. Entra por Urgencias en un centro hospitalario y allí coincide con la policía que vigila a los detenidos lesionados después de la represión. Un Mosso la acusa de haberle lanzado una valla a un compañero. Sin pruebas de ningún tipo allí mismo es maltratada, esposada y detenida.
Patricia Heras fue juzgada por los hechos de Sant Pere més Baix y condenada a tres años de prisión. Condena que ratificó el Tribunal Supremo el 3 de junio de 2009. En octubre de 2010 Patricia tuvo que reingresar a la cárcel de Wad Ras de Barcelona. El 18 de diciembre de ese año se le concedió la sección abierta: trabajar de día, pero ir a dormir de noche.
El 28 de abril de 2011 Patricia Heras se suicidó.
En su blog, que era también su diario, el penúltimo día anterior a su tremenda decisión escribe: “Estoy colapsada agobiada, cansada, estresada, atacada, puteada asustada...me siento extraña coño!!!, y más que comprensión, regañinas enfados o despiste general con el tema, lo que necesito es una ayudita para no asfixiarme y petar, PETAR. Esta situación es una puta locura joder, ni retorno a mi vida ni vuelvo a mi realidad”
Finalmente apuntar que la Consellera de Interior el 4 de febrero de 2006 era Montserrat Tura y que la Consellera de Justicia en enero de 2008 era Montserrat Tura. El día 15 de junio de 2011, “el dels fets del Parlament de Catalunya” la señora Tura fue humillada y escarnecida por un grupo de lúmpenes que le pintaron una cruz en su gabardina.
Tuve que hacer un esfuerzo de conciencia para rechazar aquel hecho. No tengo que hacer ningún esfuerzo para dedicarle a esa señora el más profundo de mis desprecios y el más constante de mis odios.
2 comentarios:
La justicia está podrida.
Me alegro por Rodrigo y me entristezco una vez más por la historia de Patricia y me asqueo una vez más por este país de clase política y alrededores totalmente corruptos...
Un abrazo
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