martes, 11 de diciembre de 2012

las buenas inversiones (cortazarianas 4)



Más allá de la intención cronopiante,  me parece interesante traer este micro cuando se suceden días aciagos en los cuales, más temprano que tarde, el que más o el que menos es un "feliz hipotecario" -o infeliz según se mire- y cae en la cuenta que le ha entregado a un banco el futuro de su conciencia. Más allá de la intención cronopiante -que es la que me gusta menos-, este micro es no sólo una excelente metáfora del capitalismo, es también, pienso, algo más próximo, es el resultado de llevar de paseo dominguero por el Callejón del Gato algunas cotidianidades conocidas: el esperpento no deja de ser ese negativo de una realidad que nunca se equivoca, aunque todos los días se caiga en el afán de vestirla de punta en blanco con la "ropita posibilista"... y callo porque ha de hablar el Maestro.



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