martes, 29 de mayo de 2012

Advertencias para embarcaciones pequeñas (entre el Gran Hermano Orwelliano y el Proceso)



I.La pregunta

(Joan Josep Nuet, diputado de Iniciativa per Catalunya (es fundador de Esquerra Unida i Alternativa, refrente de Izquierda Unida en Catalunya) ha planteado en el Registro del Congreso de Diputados la siguiente pregunta: Respecto a lo sucedido con el periodista Hernando Calvo Ospina, ¿qué medidas piensa adoptar para que no se repita la ingerencia de un Estado extranjero en las competencias atribuidas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado respecto a la seguridad aeroportuaria?)

II. Los Hechos

(a continuación reproduzco el relato de los hechos narrados por el mismo protagonista y que publicó que publicó Rebelión el 9 de mayo pasado)


Y la soberanía de España?

Hernando Calvo Ospina
Rebelión

El domingo 6 de mayo pasado, al registrarme en el aeropuerto de París me dijeron que había un problema informático con el vuelo de Air Europa, que cubría Madrid-La Habana. Por tanto, apenas llegara a la capital española se me entregaría la tarjeta para abordar.


Llegué al aeropuerto de Madrid, Terminal 3. Fui al punto de información de Air Europa. Ahí, después de una llamada, me dijeron que debía ir hasta la Terminal 1, donde me darían la tarjeta. Caminé hasta allá. Me presenté a una taquilla. Me enviaron donde una joven, la cual realizó dos llamadas. Faltaban 40 minutos para las tres de la tarde. El mismo tiempo para que el avión partiera. Al insistirle a la mujer por mi tarjeta de embarque, me dijo que yo debía “esperar a la persona de la embajada”. Extrañado, le pregunté qué persona, de qué embajada. Sin mirarme y sin amabilidad, me repitió que debía esperar “a la persona de la embajada”. Esperé.


Al fin la vi llegar con un hombre alto, de lentes, un poco grueso, trigueño, de más de cincuenta años. Me dijo, él, en voz baja, que le permitiera el pasaporte. Al creerlo parte de Air Europa se lo entregué. Pero inmediatamente noté que tenía acento latino, y le pregunté: “¿quién es usted? ¿Se puede identificar?”. Me mostró rápidamente un carnet que llevaba agarrado en la cintura, pero que una especie de chaqueta escondía. El nombre que me dio era castellano. “Soy de la embajada de Estados Unidos de América”, me precisó. Sorprendido ante esa frase, le dije que me devolviera mi documento porque él no tenía ese derecho estando en España. Con una voz calmada, me pidió el favor de no discutirle, o hacerle un escándalo porque yo podía crearme un problema innecesario. La mujer de Air Europa se había retirado desde el comienzo.

Sabiendo en qué arena me estaba moviendo, lo dejé ver y "re-ver" mi pasaporte. Se hizo aparte, llamó y, en inglés, dio mis datos. Luego, amablemente, me llamó para preguntarme dónde estaba mi pasaporte colombiano. Le respondí que hacía 30 años que no viajaba con un documento de mi país de origen. Y que si ese documento que tenía en sus manos era francés, era porque Francia me lo había otorgado. Seguidamente quiso saber cuántos años tenía de casado, el nombre de mi esposa e hijos. Le contesté, con mucha cortesía, que él no tenía autoridad para que yo le respondiera eso. Que no se olvidara de que él estaba en España. Y que lo mejor era que llamara a su embajada en París, donde sabían más de mi vida que yo mismo.

Después de hablar otros minutos más por teléfono, escribir algo en el mismo y hacer anotaciones en un viejo cuaderno, vino hacia mí. Poniendo cara de apenado, me dijo que no podía irme en ese vuelo porque el avión sobrevolaría, por unos minutos, territorio estadounidense. Y yo estaba “en una lista de personas peligrosas para la seguridad de su país". Sencillamente, y con una sonrisa, le agradecí la información y hasta la decisión. Aunque poco de novedosas tenían (1).
Quise preguntarle por qué su gran impero siente temor ante mí, un simple periodista y escritor, cuando ni una escopeta de caza sé manejar y le tengo temor al estallido de un “buscapiés”. Pero preferí volverlo a mirar a los ojos y seguir con mi sonrisa en los labios. ¡El no podía imaginar cómo su gobierno me hace sentir de importante!


Seguidamente, con gentileza, me preguntó si yo tenía una tarjeta de presentación para que se la diera. Le respondí que no tenía problema para ello, pues ya se la había entregado a colegas suyos en París. Y que, como esos colegas habían hecho, podía llamarme algún día para invitarme a tomar vino, y entre copas volverme a proponer de trabajar para su gobierno. “Me encanta conversar con ustedes. Aprendo mucho”, le dije antes de verlo partir como cualquier otro visitante de ese aeropuerto.


Después realicé los reclamos pertinentes a la empresa Air Europa, en particular para que se solucionara mi viaje a Cuba. Atónito, les oí decir que era mi responsabilidad, ¡por no saber el trayecto de ese vuelo! De nada sirvió decirles que en octubre 2011 no había tenido problema. Uno de ellos me dijo, casi en confesión, que ese paso de “unos minutos” sobre el espacio estadounidense hacia Cuba, se había hecho por presión de Washington: así se obtenía la lista de pasajeros que iban a la Isla, en tiempo real.

Aunque traté de no demostrarlo, sentí rabia e impotencia. Más lo segundo. ¿Cómo era posible que un funcionario de la seguridad estadounidense pudiera pedirme el pasaporte, confiscármelo e interrogarme en pleno territorio español? ¿Quién le entregó ese derecho soberano? ¿Por qué no se envió a un aduanero o a un humilde agente de tránsito, pero de nacionalidad española?
¿Y por qué me dejaron ir hasta Madrid, cuando, muy seguramente, desde el momento que compré el pasaje, diez días antes, los servicios de seguridad de Estados Unidos y Francia supieron mi recorrido? Estoy casi convencido que ellos lo sabían: unos y otros me han dicho que mis teléfonos, computadoras y pasos, regularmente se escudriñan. Algunas veces lo he comprobado.


Durante el vuelo de regreso a París, pensé en mis tantas amistades españolas. Como son personas dignas, se asombrarán al saber de esto, pues no logran acostumbrarse a que la soberanía del país siga cayendo tan bajo.
Ah, y la única alternativa que me dejan para viajar a Cuba, desde Europa, es Cubana de Aviación. Ahí tienen dignidad.


Nota:
(1) “El día en que a Air France se le prohibió sobrevolar Estados Unidos”. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84210
Hernando Calvo Ospina es periodista y escritor colombiano residente en Francia. Colaborador de Le Monde Diplomatique.





III. Un Poema. ( a la manera de Lo que hay que decir de Günter Grass)


De esa cosa que son los USA


de esa cosa que son los USA
siempre preferí quedarme
con Nathaniel Hawthorne, La Letra Escarlata, pero por supuesto, Wakefield
con los cuentos de Bret Harte,
con toda la narración y poesía de Edgard Allan Poe,
con la poesía de Walt Whitman, aunque me moleste lo hímnico de sus versos,
con los cuentos de Ambrose Bierce, El Diccionario del Diablo, pero siempre Cuentos de civiles y soldados,
con Melville, Moby Dick, a pesar de la alegoría y siempre Bartleby, el escribiente
con toda, absolutamente toda, la narración de Henry James, que tuvo la dignidad de renegar de su nacionalidad norteamericana,
con Sherwwod Anderson Winesburg, Ohio,
con Edgard Lee Masters y la Antología de Spoon River
con Faulkner, con todo Faulkner –al cual agradezco que siempre haya sabido sacarme del pozo con vida y ganas de seguir escribiendo-
con todo el teatro (traducido) de Tenesse Williams,
con Ford Madox Ford, El Buen Soldado,
con John Dos Passos, Manhattan Transfer, si, pero también, Paralelo 42
con toda la novela negra, con Dashiel Hammett, Raymond Chandler, Ross Mc Donald, Horace Mc Coy y todos los demás...
con toda la poesía de Ezra Pound (Personae y Cantos Pisanos, sobre todo lo demás)
con la poesía, toda la poesía de Wallace Stevens
me quedo con Los Desnudos y Los Muertos de Mailer,
con John Barth y El fin del Camino,
con todo Saúl Bellow, Herzog, pero también Henderson, el rey de la lluvia,

con Paul Auster a pesar de que me dé siempre una cal y otra de arena,
con todo James Ellroy, a pesar de ser su impresentable histrionismo personal,
y, por supuesto, con toda la obra de Cormac Mc Carthy, sin duda el grande de todos los escritores norteamericanos vivos,
de todos ellos tengo memoria y quiero continuar teniendo memoria,
hay otros que leí y olvidé y otros de los que prefiero no acordarme

de esa cosa que son los USA,
siempre preferí quedarme
con Charlie Parker y Dizzy Gillespie,
con John Coltrane (Blue Train, My Favorite Things A Love Supreme…),
con Eric Dolphy, el maestro de la flauta travesera y del clarinete bajo,
con Charlie Mingus, esa bestia del contrabajo,
con Thelonoius Monk (Epistrophy, Blue Monk ...),
con McCoy Tyner (Island Birdie )y con Cecil Taylor (Conquistador)
con Miles, siempre Miles Davis,
con Billie Holiday
con aquel encuentro histórico en el Storville de New Orleans, 1985, y los pianos de Fats Domino, Ray Charles y Jerry Lee Lewis, tocando al unísono
y con todos los negros, absolutamente todos los negros que en el Jazz han sido y serán,

de esa cosa que son los USA
prefiero quedarme con las miradas y los colores de los expresionistas abstractos
Pollock, Rotko, aunque hubiera nacido en Letonia, Kline, De Kooning y nuevamente Pollock, siempre Pollock,
prefiero quedarme con ellos a pesar de saber que, en sus inicios, el movimiento
fue financiado por la CIA dentro del contexto de guerra fría,

de esa cosa que son los USA,
sí, me quedo con Charlot
con Humphrey Bogart,
con Bette Davis
con Marlon Brando ( sin duda, Un tranvía llamado deseo y unas cuantas más, aunque sigo quedándome con su interpretación de Kurtz en Apocalypse Now)

de esa cosa que son los USA,
siempre preferí quedarme
con las grandes movilizaciones obreras de principios del XX,
con la gente de la Brigada Lincoln en la Guerra Civil,
con MacolmX
con Huey P. Newton y con Bobby Seale
con Tommie Smith y su saludo en los juegos Olímpicos de México 68,

el resto se lo pueden quedar
todos conocemos los símbolos de su narcisismo
todos conocemos que su horizonte de expectativas es y será Guantánamo,
hasta ahora los muertos los hemos puesto siempre los mismos
y ellos, los criminales,
hasta ahora.


Para O comentario: supongo que dentro de poco volveré a subir algún que otro relato o microrrelato, supongo,
me he planteado y ya no me planteo más que un blosss ha de servir para publicar lo que a uno se le da la gana y si no, no.
(el artículo es de Rebelión, el poema y las fotos son mías)




.



5 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Coincido contigo en cuanto a qué elegir de los EE.UU. Puede que nos queden muchos en el tintero, pero aunque no estén todos los que son, sí son todos los que están.

En cuanto al incidente, una vergüenza más que colgar a nuestras espaldas.

Salud.

Propílogo dijo...

Y claro que un blog es para escribir lo que te da la gana. Claro.
En estos tiempos raros y feos, sonrío cada día (dos o tres veces) escuchando esta canción y poniéndole a veces tu cara:
http://www.youtube.com/watch?v=cuflGdh3vBA

Abrazo. Salut

Iván Teruel dijo...

Señor García Saritzu, si pasa usted por mi blog, verá que le tengo preparado un modesto detalle.

Cuídese mucho, compañero.

Rosana dijo...

Ayer Hugo estuve aquí

http://www.diariodealcala.es/articulo/general/12109/marcha-multitudinaria-y-evacuacion-de-los-concejales-en-la-noche-en-blanco


Pr favor lee los comentarios tb ya que el diario está financiado por el Ayuntamiento de Alcalá y cuenta las cosas a" su manera". Pero es que es l aúnica noticia que he encontrado, otro tema preocupante, diarios e informativos solo hablan de ciertos temas y de otros o muy poco o no hablan o los maquillan....desinfomración....

Salut

Nautica dijo...

Muy buenoo!!