martes, 7 de febrero de 2012

El LECTOR DE MICRORRELATOS (apuntes)



A Susana Camps

“...siento escribirte una carta tan extensa,
pero no tengo tiempo para hacerla más corta”

(Marx a Engels)


El lector

Ya es tópico conocido la frase de Borges: “que otros se enorgullezcan de lo que han escrito, yo me enorgullezco de lo que he leído”. Frase tramposa donde las haya porque él tampoco niega su orgullo por aquello que ha escrito, sólo pone en valor la lectura ante la/su escritura. Ahora bien, si el tema por excelencia en la obra de Borges son los libros –tiempo, espejos, laberintos, cuchillos o multiplicidad de espacios son subsidiarios siempre de los libros- el lector, necesariamente, se erige en un personaje capital, el cuento Pierre Menard, autor de El Quijote deviene, así, no sólo en una piedra angular de su ideología estética -su sistema de ideas acerca de la literatura-, sino también en el reconocimiento del lector como parte esencial de la obra literaria. En este sentido, suele comentarse –no hay biografía de Borges que no lo recuerde- una anécdota muy ilustrativa: Borges entra en una librería de la calle Maipú y le pregunta al librero, que ignora quién tiene delante de sí, por la suerte de Fervor de Buenos Aires –su primer libro de poemas autoeditado con la ayuda de su padre-. El librero le responde que ha vendido 27 libros. Borges llega excitado a su casa, relata el hecho y su madre le comenta: “es una cantidad increíble, Jorge. Te estás haciendo famoso”. Pero Borges le participa su pesar porque nunca podrá conocer a esas 27 personas para hablar con ellas sobre su texto. La parte pura y dura de esta anécdota, es que, probablemente, sólo se trate de uno de los tantos bulos que se le solían atribuir a Bioy Casares sobre su amigo.
Supongo que quizá, el interés de Borges por la figura retórica del lector buscara mitigar la distancia y el silencio a que se sentía abocado con cada uno de sus lectores reales.

El otro autor que me interesa citar, aunque sea brevemente, es Julio Cortázar. Persona muy poco dado a teorizar, pero si a exponer constantemente su idea sobre el lector. En una de las tantas entrevistas que concedió, metió la pata: habló de “lector macho” y “lector hembra”. Después se disculpó –en la red hay un fragmento bastante extenso de una entrevista concedida a Evelyn Picón, que luego editaría por extenso FCE-. En realidad, quería hablar de lector activo y lector pasivo. Si tomamos como premisa que, siempre se está refiriendo al lector empírico, nos encontraríamos pues con el lector que intenta ir más allá de la mera lectura, hablaríamos, pues, del lector “especialista”, “crítico” o simplemente participativo y por otra parte, el lector pasivo que se limita a aceptar lo leído como verdad o, en el mejor de los casos, relaciona la ficción con su inmediata cotidianidad. Un lector capaz de emitir un juicio crítico o de conocimiento y un lector acrítico, que sólo se limita a “recibir” el texto. Ahora bien, ¿siempre es así? Afortunadamente no, el lector empírico es mucho más complejo y contradictorio.

(Entiendo los términos lector empírico o lector real como aquella persona física, individual y concreta que lee un texto y que siempre será ajeno y, a veces, opuesto al lector virtual, que es aquel que el escritor supone como partícipe de su horizonte de expectativas mientras crea un texto. Tanto uno como el otro se oponen, conceptualmente, al lector ideal que es aquel capaz de aprehender y comprender un texto en toda su complejidad y alcance (la bibliografía básica de consulta que puedo sugerir sería la siguiente: Mieke Bal Tratado de Narratología, Luis Acosta Gómez El Lector y la Obra, Wolfang Iser El Acto de Leer y de H.R.Jauss, La Literatura como Provocación –tesis 7 y 8-).

Para finalizar este apartado y abundando en la compleja relación entre el lector empírico (y crítico) y el lector virtual, citaré dos ejemplos muy concretos. El primero, pienso que bastante conocido por todos, es la relación de Cervantes con su obra: Entre la primera y segunda parte de El Quijote (1605-1615) publica Novelas Ejemplares (1613), de las que, a juzgar por su prólogo, se siente “orgulloso” porque es el primero que escribe en castellano novelas “al estilo italiano”. Sin embargo, su horizonte de expectativas poco tendrá que ver con la acogida, más bien fría, de esta obra –no hay que olvidar que en el XVI, el éxito o fracaso de una obra residía, no tanto en sus lectores como en sus “oidores”-. Cuando publica la segunda parte de El Quijote, más allá de circunstancias históricas concretas, lector virtual y lector-oidor empírico coincidirán en el mismo horizonte de expectativas. La “ejemplaridad” que pretende su “ideología” erasmista, en tanto que converso, se encontrará confirmada antes en esta segunda parte de El Quijote que en Novelas Ejemplares.

Unos siglos después, en carta con fecha 2 de julio de 1874, Gustave Flaubert le comenta a su amigo Iván Turgueniev, lo siguiente: “Habla usted del San Antonio (se refiere a Las Tentaciones de San Antonio) diciéndome que al gran público no le ha gustado. Lo sabía de antemano, pero creía que el público de elite me comprendería mejor. Sin Drumont y el pequeño Pelletan (dos críticos de prensa) no habría tenido ningún artículo elogioso. Y no creo que en Alemania los tenga, qué le vamos a hacer, alabado sea Dios. A lo hecho, pecho y además gustándole a usted, como le gusta, me siento compensado. Desde Salambó el gran éxito me ha abandonado. Lo que me ha quedado grabado es el fracaso de La Educación Sentimental. Que este libro no se haya comprendido realmente me asombra”. Pienso que es tan clara y meridiana la exposición de Flaubert sobre la relación entre lector empírico y lector virtual que añadir algo más, resultaría redundante (Correspondencia Flaubert-Turgueniev, Ed. Mondadori).


El microrrelato

Plantear aquí ¿qué es el microrrelato? Me parece innecesario y ocioso después de obras como Soplando vidrio de Fernando Valls o El Microrrelato de David Lagmanovich, pero, sobre todo, porque mi interés se orienta hacia la relación texto-lector.
De todos modos, pienso que es de rigor acotar tres aspectos: I) su rango de género literario, II) su lengua de expresión mayoritaria, III) la diversidad formal de su soporte.

I.) Aunque caben muy pocas dudas acerca del rango de género narrativo específico del microrrelato, tampoco pecaremos de exceso por insistir en ello.
Si un género literario lo define, por principio, una tradición, la del microrrelato quizá sea más errática que la de la novela o el cuento, pero comparte con ambos un devenir común y marca, a la vez, diferencias concretas elaborando un horizonte de expectativas específico. En ese sentido, pienso en la prosa breve y sentenciosa de la literatura gnómica medievalmutatis mutandi, algunos de los que hoy se denominan nanorelatos remiten a ella, más irónicos, quizá, pero compartiendo los mismos recursos ingeniosos-; si forzamos un poco el análisis “la escena del león” de El Cid tiene una estructura de microrrelato, o el episodio –no el único-, de la monja Garoza en El Arcipreste; algunos cuentos de El Conde Lucanor; algunos tratados de El Lazarillo... En fin, tampoco pretendo hacer microfilología, sino apuntar que lo errático del comienzo quedará compensado a finales del XIX y durante el XX. Será, entonces, cuando su propio devenir especificará y definirá un horizonte de expectativas que le otorgará el rango de género. No es casual que, en España, en la actualidad, la recepción crítica –suplementos periodísticos, revistas literarias, etc.-. que no disimula balbuceos a la hora de reseñar libros de cuentos, manifieste un profundo desconcierto cuando han de elaborar una crítica solvente de libros de microrrelatos. Es decir, los cambios en el paradigma cuento “pillan con el pie cambiado” a la recepción crítica. Todo un síntoma de salud narrativa.

II.) Otro aspecto, no menor, lo constituye la lengua en que se expresa el microrrelato. Es un género con un recorrido muy corto fuera del castellano, sea peninsular o latinoamericano (en francés, sé de un tal Jaques Fuentealba, en portugués algún que otro blog brasilero y en EE.UU, Juan Armando Eple menciona a Tomás Rivera y Rolando Hinojosa, dos “narradores chicanos” que se reconocen en la tradición mexicana de Julio Torri –hay que recordar que en EEUU los microrrelatos son las short-short-storys y constan de cinco páginas o seis páginas-, de todos modos y aunque expresadas en verso, pienso que cada una de las historias del obituario de Edgard Lee Master, Antología de Spoon River, poseen una acabada estructura de microrrelato).
El arraigo del género en América Latina arranca a comienzos del XX y en la actualidad, goza de excelente salud –desde Rubén Darío, hasta Arreola, Monterroso, Denevi, Torri, Max Aub, Anderson-Imbert, Borges, Cortázar, etc.- Ahora bien, el hecho de que el microrrelato se exprese, fundamentalmente, en castellano es un síntoma de fortaleza para lengua, pero un riesgo para su universalidad como género. Dicho de otra forma, así como en castellano existe una preocupación conceptual, investigaciones y tesis doctorales sobre el microrrelato, en otras lenguas ni tan sólo se puede registrar su existencia o, en todo caso, sólo lo consideran como un subegénero del cuento.

III). Finalmente, tenemos el asunto, nada menor, del soporte, que influye ¡y de qué manera!, en las diversas formas de recepción. Es decir, en el soporte editorial habitual, contamos con reediciones de los clásicos, con autores que han adoptado el microrrelato como monocultivo (Shua) y con aquellos que poco a poco han derivado de la novela y el cuento hacia el microrrelato, aunque no de forma absoluta (Merino). Y casos excepcionales: Mateo Díez con Los males menores. Luego existen algunas antologías como las dos entregas de Por Favor, sea breve o Más allá de la medida –edición no venal del primer concurso de El Museo de la Palabra-. Y es, precisamente, este último texto el que puede servir de enganche para abordar la forma más popular del microrrelato: el blog literario. En Más allá de la medida, prácticamente los 150 finalistas tenían abierto un blog literario. Es decir, sin el soporte técnico que ofrece Internet, el auge del microrrelato, sería, sin duda, mucho menor.

El lector de microrrelatos

Puede resultar asunto del amigo Perogrullo, pero pienso que casi todos estaremos de acuerdo que el género determina una forma de recepción empírica. No se lee de igual forma narración, poesía o ensayo.
Ahora bien, ¿qué lector empírico determina el microrrelato? En principio, un lector activo, que asume su competencia tanto con las expectativas generales de una narración breve, como su atención a dos rasgos estructurales del microrrelato: elipsis e ironía. La elipsis que dejará abierto el remate de la narración. Y la ironía que, a diferencia de la novela o el cuento, no residirá en los personajes, sino en toda la retórica del texto –la historia, las atmósferas, las pautas temporales o el fraccionamiento del espacio no dejan de ser elementos comunes a todo tipo de narración-. La pregunta siguiente sería ¿siempre el lector empírico de microrrelatos responde a los envites del lector virtual? Evidentemente no. Todo es más complejo. Sin embargo, el fenómeno expansivo del blog literario facilita la observación de dos aspectos concretos: la publicación-edición de todo tipo de microrrelatos y, simultáneamente, contar con las respuestas casi inmediatas de los lectores empíricos a través de sus comentarios. Este último aspecto permite contemplar de manera privilegiada si la recepción de un texto es activa y crítica o pasiva y acrítica o un híbrido de las dos.

...final:
Todo lo desarrollado hasta aquí debería permitirnos formular algunas preguntas acerca del lector de microrrelatos, acertar con las respuestas, supongo, no será fácil o mejor dicho, las respuestas siempre serán perfectibles tanto en el detalle como en la duda infinita (J. Derrida, dixit).


Tres preguntas. Una. El soporte informático ha producido una innegable expansión del género, pero dicha expansión ¿va más allá de los límites del propio soporte o contrariamente el soporte es un lastre? Dos. ¿El microrrelato es un género minoritario que produce lectores minoritarios? Tres.¿El lector empírico de microrrelatos a través de blogs literarios es un “especialista”?

Una. Pienso que la expansión del género se produce, sobre todo, dentro de la experiencia informática-Internet-redes sociales. Lo que se publica en un blog de alguna forma siempre se retroalimenta a través de aquellas instancias que facilita el mismo soporte. En este sentido, es frecuente que un administrador de un blog busque en facebook o twiter los lectores que quizá su texto, por sí mismo ni provoca ni convoca. Todo lo cual no está ni bien ni mal, en tanto es expresión de una voluntad individual, pero quizá la respuesta inducida disfraza la corrección de la lectura. Otro aspecto nada menor es la red de complicidades generadas a través de los comentarios (“si me comentas, te comento”). Ahora bien, en estos momentos comienza a producirse una experiencia interesante que es el lento traspaso de los textos publicados en blog a papel impreso de editorial. Pienso que aún es una experiencia que se mueve dentro de la excepción, pero que sería deseable su normalización.

Dos. El lector empírico de microrelatos, tanto en soporte papel tradicional como el lector de blogs literarios es un lector minoritario. Y ello es así porque el microrrelato, a pesar de su aparente popularidad no deja de ser un género minoritario, sobre todo en España donde la tradición hegemónica siempre ha sido la novela. Y en este sentido influye la disposición editorial que, pequeña o mínima, suele apostar a priori por una edición de microrrelatos no más numerosa que de la de un libro de poesía (consultar algunas tiradas en las webs de editoriales pequeñas y medianas, no deja de ser interesante –para las grandes editoriales el microrrelato sigue siendo algo “exóticamente sospechoso”). Por otra parte, existe un hecho fácilmente constatable: si tomamos una veintena de blogs dedicados al micrrorrelato se puede observar fácilmente dos resultados: la fidelización de lectores a determinados blogs y la red de solidaridades y correspondencias entre escritores blogueros y lectores blogueros-.

Tres. De acuerdo con lo expuesto anteriormente el lector de blogs es un lector especialista. En el 99% de los casos el lector que visita un blog literario administra él también un blog que, en el 99% de los casos está dedicado a la creación de microrrelatos. Pero toda especialización corre con el riesgo del monocultivo narrativo (o literario) y ello comporta, casi siempre, segarse el suelo bajo los pies y no advertirlo. Y, como apunte final, este lector empírico-bloguero es un lector voluble y casi siempre efímero, porque el mantenimiento del blog le exige asumir una dinámica que va más allá de una conducta creativa, primero y lectora después. En más de una ocasión, se acaba cerrando el blog o abriendo un paréntesis para dejar de ser virtual y volverse lector. Simplemente lector, simplemente escritor y estar orgulloso de ser los dos a la vez... y no estar loco.


ni para O comentario: el texto primitivo de esta entrada fue un comentario no enviado a la cita de hace dos viernes en el bloss de Susana Camps, es por ello que era de bien nacido, dedicarle esta extensa entrada.

Y no lo mandé aquel viernes porque después de observar el derrotero del resto de comentarios decidí que no era ético levantar polémica en "blog ajeno"; decidimente siento mucho que alguno/a le joda de que comente como comento, pero soy filólogo y no pienso disculparme por ello; no comparto pensar en el lector en términos de casquería sentimental y tampoco aceptaré que hacer un comentario "técnico" sea obra poco menos que de un apestado; sí puedo señalar que existen lítotes, oxímorons o anadiplosis en un texto -o en el habla cotidiana o en una retrasmisión deportiva- y no por ello he de ir al otorrino ni buscar consuelo en ningún analista; las ignorancias suelen ser atrevidas y ridículas

y ahora os dejo con este vídeo muy interesante de Julio Cortázar hablando del lector

salut


.

11 comentarios:

Propílogo dijo...

Buf, luego dices que no son tesinas...
Me ha confundido un poco -confieso- lo de lector ideal como opuesto al real y al virtual. ¿No pretende un escritor que imagina a un lector virtual que éste sea analítico y aprehensivo como se supone al ideal?
Por otro lado, me ha gustado el enfoque a la hora de hablar del "especialista", pues no suena restrictivo en cuanto a la educación o preparación. En el caso de un lector entusiasta y analítico, el conocimiento va entrando solo, y construyendo por encima delos cimientos que ya ha puesto la experiencia y el interés.
El otro día busqué algo de microrrelato en ingés, lo que Shua nos dijo que se denomina sudden fiction, o flash fiction. Y sí hay brevísimo en ingles. A ver si lo recupero y te lo envío. De lo poco que leí deduje que, por mucho inglés que hable, me falta una enorme cantidad de léxico para ser un buen lector de inglés.

Abrazo
Gabriel
PD, encontrado algo: http://www.writing-world.com/fiction/flash.shtml

Jesus Esnaola dijo...

Hugo, dejo este comentario como señal de paso, no puedo extenderme con el móvil. Además me servirá para ganar un poco de tiempo y releerlo. Muy interesante, como siempre

Salut

Rosana dijo...

Me ha resultado didáctico, ameno y que me lleva a reflexionar. En realidad la pregunta de ese viernes conversamos iba por estos derroteros...

Esta entrada, como debe ser deja abiertas más preguntas.

Abrazo juerte

Susana Camps dijo...

Hugo, muchísimas gracias por la dedicatoria y por extenderte en un tema que nos importa.

Me interesa la distinción entre tipos de lector porque muestra una intersección de intereses con el tipo de autor (el que escribe ajeno al mundo exterior, el que sueña su recepción, el que espera complicidad de algún tipo con ese lector). Creo que uno es subsidiario del otro pero que las relaciones no son biunívocas sino francamente complejas, como la psicología humana.

Sobre la historia del microrrelato nada que añadir, aunque lo referente al soporte me parece objeto de múltiples consideraciones, todavía por hacer. Se ha hablado de la relación del género y el soporte, de la calidad del género, de la legitimidad de los autores, de la calidad de los lectores... pero este fin de semana introdujo Jesus Esnaola otro parámetro más, que a mí me pareció muy acertado y merecedor de la máxima consideración, que es la relación del editor con el medio y la nueva intersección que se crea (ya no sólo autor y lector) con la figura del editor que todos "somos": de nuevo, el "editor" ajeno al mundo exterior (comentarios cerrados), el que sueña su recepción (valdría la pena hablar largo y tendido de la distorsión de imagen propia que produce el baile de números que los contadores de visitas nos arrojan o los comentarios y difusión en FB), el que espera complicidad...

En tu entrada, pues, veo aún mucha más tarea, nos dejas más caminos sugeridos y espero que podamos recorrerlos en cualquier formato, tanto en encuentro colectivo con voces sin censura como es mi blog como en exposiciones más largas y personales como ésta que cuelgas en el tuyo. Lo que está claro es que por primera vez el escritor y el aspirante a escritor tiene a su disposición un medio de difusión muy potente y se necesita tiempo para calibrar sus ventajas y sus inconvenientes, su potencial y los tributos que impone a sus usuarios.

Muchas gracias, un beso.

AGUS dijo...

Hugo, un lujo. Interesantísimo, me has dejado perplejo. Sólo discrepo que no son apuntes, sino toda una clase magistral. Me lo guardo, con tu permiso, y lo releo con más atención. Me satisface que hayas empezado con Borges y Cortázar.

Abrazos.

hugo dijo...

Hola Gabriel:
Perdón por responder tan tarde, pero hoy intentaré ser un poco más explícito. Mira, el lector empírico eres tú, yo y el vecino con sensibilidad lectora. El lector virtual es el lector supuesto por el escritor según sus ppropias expectativas dentro y fuera de la obra. Flaubert no se extraña de que su "San Antonio" no haya sido comprendido por el gran público, pero "creía que el público de élite lo comprendería mejor", descarta uno en beneficio del otro que, a la postre era "SU lector virtual lector virtual. Finalmente el lector ideal es impracticable en la realidad ya que hablamos casi de un ente y no de un ser. Es decir, ese lector puede realizar un análisis acabado en todos los planos posibles y desentrañando toda la complejidad de un texto.

Gracias por facilitarme el link... y si yo también he caído en la cuenta de que sé menos inglés del que creo.

muchas gracias por pasar,
salut

hugo dijo...

Hola Jesus:
Gracias por pasar y por dar a conocer este texto por otros canales.
Muchas gracias por tu confianza

Salut

hugo dijo...

Hola Rosana:

Celebro que sea didáctico y ameno, porque es quizá lo más difícil de conseguir en textos como estos.

nos seguimos escrbiendo entre acampada y acampada, aunque me temo...

salut

hugo dijo...

Hola Susana:
Usté se merece esta dedicatoria y más.

Respecto a lo que queda abierto. Es para mi todo un elogio haber dejado campo abiertos porque eso queiere decir que estamos hablando de un lector que se va re-creando constantemente y hace saltar un poco el rango canónico del lector según lo ha tomado la crítica. Pienso que hay un excelente tema de investigación: el lector de microrrelatos y los límites de la crítica ¿lector crítico o fast lector?

gracias por pasar

unbeso

salut

hugo dijo...

Hola Agus:
Gracias por el elogio.
Comenzar con Borges y Cortázar fue una forma de dar las pautas del lector a travé de dos escritores a los cuales siempre les preocupó el lector como ser y como retórica. Como Pierre Menard o como Oliveira.

gracias por pasar

salut

Elysa dijo...

Muchísimas gracias, Hugo. En primer lugar por este video. ¡Cuantos recuerdos! Yo veía ese programa y además lo primero que leí de Cortázar fue Rayuela, me fascinó y me enganchó a este autor. He disfrutado como una niña con el video.
Y en segundo lugar gracias también por esos “apuntes” que yo más bien diría que son una lección magistral. Para mí bastante reveladores. Creo que lo he leído como tres veces ya y probablemente repetiré la lectura, porque cada vez que lo hago obtengo más información. Me alegra que Susana plantee las preguntas de los viernes y aún más que en esta ocasión te animarás a participar de esta manera, a través de tu blog, en mi caso ha sido doble ganancia y aprendizaje. Como dice Agus, esta entrada me la guardo.

Besitos