sábado, 24 de diciembre de 2011

en eL oRigen fue la músICA (...o dos partes de El MEsíaS)

Un año más vuelvo a pecar de clásico, pero durante estos días, o mejor dicho, en días como éste, El Mesías, del amigo Haendel, es casi un asunto que resuelvo en un mano a mano con la memoria. A nadie, a ninguno de los que con amistad y paciencia acostumbráis a pasar por aquí, os extrañará que yo piense que, la cuestión del solsticio de invierno, paganamente hablando, es algo que tiene que ver más con el origen que con el nacimiento. Es decir, como origen siempre preferiré el huevo -y su conflicto con la gallina, por supuesto-, porque de nacimientos ya vienen bien surtidas las existencias humanas e inhumanas. La religión, como siempre, lo apaña todo con el discurso de la fe. Es por todo ello que hoy comparto con quién quiera, estas dos partes, las dos partes que prefiero del Oratorio de Haendel.

En la primera, ese extraordinario, "For unto us a child is born" (Isaías 9.6 "Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado y el principado será sobre su hombro y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Fuerte. Padre Eterno, Príncipe de la Paz". Todo ello inaugurará la polémica sobre si Isaías ya adelantaba una parte de la Trinidad al considerar que el Hijo era también el Padre) La versión es de la gente de la Academy of San Martin in the Fields, dirigidos por un extraordinario Sir Neville Marriner que plantea la entrada no con el coro, no con los violines, que sería lo preceptivo, sino con... los oboes y clarinetes, hay que tener los bemoles en su sitio para semejante atrevimiento nada menos que con El Mesías.


La segunda parte, "The trumpet shall sound", algo así como "Y la trompeta sonará", también está dirigida por Marriner, aunque quién destaca es don Robert Lloyd, uno de esos bajos a los que uno les envidia su barriga de ventrílocuo, porque de lo contrario, ¿quién se atreve a registros como los que se marca este hombre sin apenas enrojecerse?

Y callo,

salut





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