martes, 12 de julio de 2011

EL ÚLTIMO HIJO DE PASÍFAE


Primeras contracciones. Después de doscientos ochenta días de embarazo, sólo espera que todo pase pronto. Doscientos ochenta días postrada, observando, casi con espanto, el aumento desmedido de su vientre. Sin embargo, Minos, su marido, no ha dejado de jactarse de aquel embarazo gigante ante el estupor mal disimulado de toda la Corte de Cnosos. Ella, que por algo ya ha parido ocho veces, sabe que aquello ni tiene buena pinta, ni acabará bien. Sonríe. Calla. Espera.

(...porque vamos a ver qué culpa tienes tu si Minos -algo habrás de hacer con ese hombre- para afianzar su poder en Creta le pide un toro al carcamal de Posidón con la condición de devolvérselo en sacrificio pero él presuntuoso como siempre decide quedárselo para darle una alegría a su rebaño de terneras Posidón calla es un viejo verde rencoroso y maaalo trama su desquite con la ayuda de Afrodita –esa mosquita muerta que siempre te cayó gorda...

Contracciones cada cinco minutos.

...porque ya me dirás si no porqué aquel día tu lo ves pastando y tu mano se deja querer por su lomo elegante y blanco y tu corazón está a punto de escaparse por tus encías tu corazón hurga debajo de tus uñas te ablanda los tobillos te deshace el aire de las piernas y cierra en falso la boca de tu estómago crees que el placer sólo se conoce en el caos y entonces decides hablar con Dédalo ese ingenioso constructor de artilugios y laberintos que te fabrica una ternera de madera muy aparente en la que se cuelan tu ansia, tu pasión y tu cuerpo)

Parto de nalgas. La comadrona que la asiste no da crédito a lo que se aproxima. Primero aparecen unos rudimentos de pezuñas, luego piernas y nalgas de becerro –las sirvientas huyen y abandonan a la comadrona-, el resto del cuerpo es el de un niño de nueve meses. Su cabeza exhibe dos prominencias cartilaginosas. No llora, sólo emite bufidos. La comadrona se derrumba.


Minos observa aquel ser envuelto en una sábana de lino. La ira le descompone la sonrisa y el orgullo. “¡Cómo pudiste hacerme eso a mí!”, ruge sobre el rostro agotado de Pasífae. Sale. Ordena a sus guardias eliminar a la comadrona, a las sirvientas y al toro de Posidón. Después, llama a Dédalo. Le muestra al recién nacido y, ante la perplejidad del otro, le espeta: “Ya sabes lo que tienes que hacer con él”.

.

Para 0 comentario: Hace poco más de una semana, Fernando Valls, dio este micro en LaNave y lo dio contra el viento y la marea que Bloguer monta a veces: sencillamente no se actualizó en LaNave que continuó enganchada en la entrada del día anterior. Tal como expresaba Fernando, nadie entiende qué pretenden, no sólo con estas historias, sino que a él, a mi y a un conjunto de mortales, cada día nos es más complicado publicar una entrada de texto, de puro texto, no digamos si has de incluir vídeo o fotografías. Y todo acabó de complicarse más aún después de aquellos tres días infames en que comenzaron interrumpiendo el servicio para "hacer tareas de mantenimiento" y se les vino abajo todo el sitema y el invento.
Otro motivo más para estar indignao...

Quiero reiterar mi agradecimiento a todos los que, a pesar de los pesares pasaron por allí y dejaron un comentario, a Antonio Tello, a Pedro Herrero, a Manuespada, a Rosana, a Fabiana, a Gemma a Jesus y a Francesc Cornadó y, por supuesto, a Fernando por permitir a los galeotes subir a cubierta y durante un tiempo contemplar cómo viene el mar.

salut
.

4 comentarios:

R.A. dijo...

No me quiero poner conspirativa Hugo pero a mí esto de blogger....me mosquea como poco.

Un placer leer y dejar huella.


Salut camarada

Jesus Esnaola dijo...

El cuento es buenísimo y, al final, pudimos disfrutarlo a pesar de Blogger que es de lo que se trataba. En todo caso, siempre nos quedará WordPress.

Abrazos, Hugo.

Francesc Cornadó dijo...

Blogger y todos estos sistemas, artilugios, artefactos y artimañas digitales tienen repelos, todos están movidos por hilos invisibles y manos mágicas que tarde o temprano fallan, pero mientras tanto, si podemos, lanzamos nuestra imaginación al viento, quiero decir que colocamos nuestra idea en el éter de internet. El cuento, tal como dice Jesus Esnaola es muy bueno, y ya está y el dia que reviente blogger, pues ya inventaremos otro, pues nuestra imaginación no se la salta ni un torero.
Salud
Francesc Cornadó

MARIA FABIANA CALDERARI dijo...

¿Por qué indignado?
Hemos probado que ni las conspiraciones de blogger pueden impedirnos disfrutar de un buen texto y dejar guiños de amistad por donde se quiera. Un abrazo.