miércoles, 29 de diciembre de 2010

Eche Veinte Centavos en la Ranura

Esta noche suben uno de los grandes poetas argentinos de principios de siglo: Raúl Gozález Tuñon -su obra más famosa Juancito Caminador es inencontrable en España, aunque en 1989 Visor editó una Antología Poética, supongo que también ya inencontrable-. El otro grande es el músico, Juan "el Tata" Cedrón y su Cuarteto Cedrón que, durante los sesenta y parte de los setenta, revolucionó una forma de entender dos piezas claves que están en los fundamentos del tango: la milonga y el "valcesito" introduciendo disonancias y fracturas armónicas en la entonación. El "tata" Cedrón se exiliaría en Francia después del golpe del 76 y trabaría gran amistad con Julio Cortázar componiendo música para alguno de sus poemas

He copiado abajo el poema de González Tuñón por si alguien se atreve "con un miedo profundo" a escuchar esta obrita. Lamento que sólo sea audio, quizá tendría que haber echado "veinte centavos más en la ranura y Youtube siempre te puede hacer ver las cosa color de rosa"




A pesar de la sala sucia y oscura
De gentes y de lámparas luminosas
-si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.
Y no ponga los ojos en esa hermosa
que frunce de promesas la boca impura.
Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.
El dolor mata, amigo. La vida es dura
y ya que usted no tiene ni hogar ni esposa:
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.

Cien lucecitas. Maravillas
de re reflejos funanbulescos.
-¡Aquí hay mujer y manzanilla!
-¡Aquí hay olvido! ¡Aquí hay refrescos!
Pero sobre todo, mujeres
para los hombres de los puertos
que prenden como alfileres
sus ojos, en los ojos muertos.

No debe tener esqueleto
el enano de Sarrasani
que bien parece un amuleto
de la joyería Escasany.
¡Salta la cuerda, sáltala
ojos de rata, cara de clown!
Y el trala-trala, trálala
rima en su viejo corazón.

Estampas, luces, musiquillas.
Misterios de los reservados
donde entrarán casi a hurtadillas
los marinos alucinados.
Y fiesta, fiesta, casi idiota
y tragicómica y grotesca.
-¡Pero otra esperanza remota
de vida miliunanochesca!...

¡Qué lindo es ir a ver
la mujer,
la mujer más gorda del mundo!
Entrar con un miedo profundo
Pensando en la giganta de Baudelaire...
nos engañaremos, no hay duda.
Si desnuda, nunca muy desnuda
si barbuda, nunca muy barbuda
será la mujer.
Pero ese momento de miedo profundo...
¡que lindo es ir a ver
la mujer,
la mujer más gorda del mundo!

-Y no se inmute amigo, la vida es dura,
con la filosofía poco se goza:
¡Si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura!...

.
.

2 comentarios:

Unknown dijo...

¡Salta la cuerda, sáltala
ojos de rata, cara de clown!
Y el trala-trala, trálala
rima en su viejo corazón.

Ademas de esta parte, lo de si quieres ver la vida de rosa eche 20 centavos en la ranura, genial encontrar algo que conocia, anotado el nombre del señor Tuñon tambien.

Antonio Tello dijo...

Genial idea la de traer a Raúl González Tuñón, a quien tuve el placer, el honor y todo lo demás, de llevar, como presidente del Centro de Estudiantes, al Instituto Superior de Ciencias de Río Cuarto donde estudiaba literatura, para que recitara sus poemas ante mis compañeros. Fue algo grande.
Con respecto al Cuarteto, ahora me congratulo de ser amigo de uno de sus primeros integrantes, Jorge Sarraute, quien compuso la música de mis Sílabas de arena y de la zamba A orillas del río y Vidalita del amor ausente. Gente grande y generosa. Un fuerte abrazo y feliz año nuevo.