“¡Imbéciles!”, maldice para sí Andrés Ferrer alias “La Bola” (120 kilos de obesidad mórbida) alias “frikimaricón” (170 de coeficiente) y repasa, otro día más, lo que acaba de suceder en el baño, a la hora del patio. Padilla y “El Manchas” graban todo con los móviles, mientras el resto ríe y aplaude. “Imbéciles”, vuelve a repetirse. Piensa en el director del Saint James School, en sus padres, en su hermano. Todos miran para otro lado. “Todos imbéciles” Piensa en el desquite que lleva días imaginando.
Música de fondo. Ecuaciones de segundo grado. Pide para ir al baño. Risas en la música de fondo. Sale y se cuela en el gimnasio. Coge dos cuerdas de salto. Una la enlaza a la viga maestra y hace otro lazo con la segunda cuerda. Le sudan las manos. Se sube a un taburete y anuda tres veces los dos cabos. Piensa en su perra y en la mirada del hámster. Piensa en las risas de los otros y, entonces, ajusta el lazo a su cuello y con una patada se despega del taburete.
Para 0 comentario: Este microrrelato tenía toda la intención de concursar hace dos semanas en el famosísimo concurso de la SER, pero en un determinado momento se me presento la disyuntiva: el tema o las cien palabras de las Bases del concurso. Opté por el tema y me estiré hasta las 179 actuales. Por suspuesto, el tema da para 179.000 o más.
17 comentarios:
Terrible. Y , cierto.
Solamente pudo salvarlo la mirada de la perra. Y la del hamster.
Buff! Sobre todo me gusta el segundo párrafo, con frases cortas, como navajazos que ni siquiera acaban de amortiguar la perra y la mirada del hamster, título que da una dimensión nueva al micro. Me gustó mucho Hugo.
Abrazos
Bufff... durísimo, Hugo. Aunque supongo que esa dureza viene dada por lo real de la situación.
Un saludo y gracias por la aclaración.
A veces hay que sacrificar el concurso porque el texto pide más espacio(a mí me ha pasado). Has hecho bien, el micro lo merecía.
R.A.
Sorprende que en medio de esta jungla lleguemos a ser (quizás) adultos más o menos sensatos. Lo lógico sería buscar un taburete y ocasiones hay más que de sobra.
Y sí: un poco absurda esa tiranía de las cifras. Con lo facilito que sería "no más de doscientas", por ejemplo. Se sacrifica demasiado, y no acabo de ver qué habrá de valioso en el insignificante espacio que ocupan. ¿Es que se gasta?
Un micro que encierra una realidad que duele...
Saludos afectuosos.
Supongo que el hámster y la perra nunca le decepcionaron… , en fin, si; ¡todos imbéciles!.
Genial encontrarte!
Perdón a todos por esta tardanza en responder que no tiene perdón.
María Jesús: Sí, cuando sólo te pueden salvar las miradas de los animales cercanos es que algo extraño está a punto de suceder.
Gracias por tus palabras
Hola Jesús:
Gracias por pasarte xaval.
Sí las frases cortas se despojan siempre de toda matización. No tienen vuelta atrás. ¡Muy bien visto el valor añadido del título!
nos vemos
Hola Víctor:
La situación es tan real que el micro está confeccionado a base de retazos de la realidad pura y dura que sobre el tema va apareciendo en los periódicos.
Gracias por pasarte por aquí.
Hola Rosana:
El tema daba y da para muchas más palabras. Fui reduciendo y reduciendo, cuando creí que la tensión estaba conseguida decidí que hasta ahí llegábamos. (en el famoso concurso parece que no agrada mucho este tipo de temas, otro motivo para dejar el texto tal cual)
un abrazo
Hola Xocas:
Es cierto lo que dices y yo también me lo pregunto en más de una ocasión ¿cómo ha sido posible que entre tantas y tantas hostias uno aún siga más o menos ileso? ¿cómo es posible que hayamos sobrevivido y aún pensemos que escribir sirve de algo?
Las cifras son siempre cabronas y nos guste o no nos marcan hasta el final de todos los finales.
gracias por pasar
Hola Fabiana:
El espacio de ficción es casi un 5%, lo demás es puñetera realidad que siempre tiene golpes bajos que te dejan K.O. ( o en doloroso "orsay")
gracias por pasar, nos escribimos
un abrazo
Hola María:
¡Bienvenida! Muchísmas gracias por pasar y quedarte.
A los bichos (perros o hámsters...)siempre buscan que les devuelvas la mirada. El escarnio es un invento que se generó en la etapa de la tribu y a pesar de los siglos nuestras "civilizaciones" no han hecho más que perfeccionarlo hasta que el monstruo ha vuelto incontrolable su terror.
ya te enlazo a mi blog
un abrazo
Sí, el escarnio es la forma más efectiva para domarnos. Tu texto me pareció muy poderoso. Saludos.
Hola Miriam:
Bienvenida y muchísimas gracias por tus palabras.
Ahora mismo voy para tu blog a darme una vuelta.
nos leemos y nos escribimos
salut,
hugo
Capturante. Me gustó en especial el cambio de velocidad que nos lleva al final y el corte a su última perspectiva.
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