lunes, 29 de junio de 2009

desertores




I

quebrada,
hace tiempo,
la vara de almendro,
arrojadas las llaves
a las alcantarillas,
candadas por fuera
las puertas de los laberintos,
con la voz
en la voz de su perro,
no hay grava
bajo sus pasos:
desertar
de los sitios
adonde llega
...
(y poca cosa más).


II

aprendió
a cerrar los párpados
después de mirar el océano
y a confundirse
entre forasteros
de pocas palabras,
a veces,
como el Wakefield de Hawthorne
o Meursault
en el Argel francés,
se desconoce
de los rostros conocidos
y saca
una silla al balcón.


III

lo que no se niega
ni se da,
la usura de las palabras
y lo que,
de las palabras,
se queda
la mirada de los otros,
el desertor
sabe que ha de callar

después
de oler el mar en la sal,

este
y algún que otro silencio,
suele fiarle
a putas
y camioneros
que han salido ilesos
del 3, 1416.







3 comentarios:

Silvia Castro dijo...

"con la voz
en la voz de su perro"

guaaaaaaaaauuu

(declaramos por los perros, que no saben hablar, pero tiran del trineo...)

el candado más preciado
es el mejor amigo del hombre

Silvia Castro dijo...

"la usura de las palabras"

genial puesta en valor de la usura, para tranquilidad de Ezra!

Muy buenos poemas, Ratón!!

y hermoso lo que me escribiste

muchos besos!

Sil

Anónimo dijo...

Es bueno prestarle la voz al perro de tanto en tanto,yo lo hago a veces, me permite decir cosas que de otro manera no me atrevería. GUAUUU como dijo Silvia...¡ES UNA CHICA PERCIBIDA!...COMO DIRÍA LA LUA...si estuviera viva.