la tempestad
que va en la lluvia
disuelve
en la claraboya
un ojo
de agua tuerta
la prisa
que va en la lluvia
le devuelve
de vidrio
el ojo pulido
que ajusta
la claraboya
(... después
como siempre
Polifemo
recorta
contra el sol
el párpado
y las cocinas
le recambian
la córnea
en el patio)
2 comentarios:
Perfectamente oftalmológico. Magnífico poema, te felicito.
Francesc Cornadó
Hola Francesc:
Muchísimas gracias por tu elogio y felicitación.
La cuestión oftalmológica tiene su explicación. Tengo una enfermedad llamada laftosis palpebral, que es la caída traumática del músculo elevador del párpado que en mi caso es de origen genético -3 operaciones en cada párpado con prótesis superciliar incluida-. Todo ello supone cierta sensibilidad extrema hacia las cuestiones visuales que no deja de ser una constante en todo lo que he escrito siempre.
Y la claraboya ya es más pedestre, vivo en el último piso del edificio y percibo la lluvia de una forma diferente al resto de los vecinos...
salut
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