lunes, 16 de marzo de 2015

los ojos de la vara de almendro,



cuentan
los pasos
que la grava
no resta

(Jacob cabecea
sobre una piedra
el descanso de la fuga
que Esaú le descalza

el caos
le ahonda el sueño
y Yahvéh
entonces
habla en letra ligada:
le promete el cielo de nadie
y le fía el oro del tiempo

los ángeles
apañan de almendro
la escalera
a ninguna parte
que Jacob no ve
 
despierto
en el desierto de siempre
echa en falta
la vara de medir
la tierra de sus pasos)

el desertor
-que reniega
de arquetipos y símbolos-
en el cielo
de un atajo de grava
le abre los ojos
a una vara de almendro.



Para O comentario:

(Y despertó Jacob  de su sueño y dijo: "¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo aún no lo sabía!"  Y espantado dijo: "¡Qué terrible lugar es este! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!" Génesis 28, 16-17).


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