jueves, 26 de marzo de 2015

dos observaciones acerca de Haute Coutere 4 Transport (y final!!)



materia, confección y resultados:

la pasta de papel como materia prima acostumbra a tener un perfil bajo, llega hasta la artesanía y no tiene retorno,

lo “naif” suele trazar el recorrido estético de la pasta de papel, tanto por el tipo de pintura que soporta –témperas, acrílico, barniz...-, como por los colores –casi siempre primarios- como por el resultado final ligado a la utilidad popular: títeres, marionetas, cabezudos, “falles valencianes”...

cuando la pasta de papel aparece en el arte, concretamente en la escultura, supone por parte del artista una apuesta transgresora de ejecución y exposición: la pasta de papel desjerarquiza, pero no cancela la relación de conflicto que la escultura establece con el espacio, no tiene sin embargo, ni el empaque ni el vuelo retórico de la piedra, el mármol, el hierro, el bronce, el acero inoxidable o la madera; donde estos materiales interrogan e interpretan la realidad, elaboran un discurso o ironizan aquello en lo que intervienen, la pasta de papel sólo “bufonea” aquello que la frontera  “naif” le permite...

un mérito de ejecución hay que reconocerle a Inés Doujak, la pasta de papel plantea más de una dificultad en el cálculo de peso y volumen cuando la escultura adquiere cierta dimensión y  envergadura: ensamblar y equilibrar los tres personajes no ha sido fácil... el resultado estético ya es harina de otro costal.





la alegoría, la ideología y el amontonamiento sadiano

más allá de las consideraciones retóricas de alegoría –recomiendo consultar Retórica General del Grupo mi  o Grupo de Lieja-, me interesa señalar su sustrato ideológico que, como hija de la parábola cristiana, persigue siempre dejar establecida una pauta moral: la  alegoría se aleja tanto del discurso como se aproxima al sermón, aunque sea laico, como en este caso.

la obra de Inés Doujak pone en relación cuatro elementos que, gracias al pacto estético, devienen en alegoría: un suelo de cascos nazis sobre el cual aparece a cuatro patas el penúltimo rey Borbón cabalgado por Domitila Barrios de Chúngara, dirigente popular y feminista boliviana que, a su vez, sería penetrada por un lobo en posición erecta, aunque ningún cánido –lobo o perro-  se une sexualmente en dicha posición; ahora bien, sólo el Borbón se comporta como un verdadero perro: está a cuatro patas y vomita mientras ingiere unas hierbas, es decir, se “purga” de alguna mala digestión sobre la base de cascos nazis agujereados.

la alegoría quedaría más o menos como sigue:
el soberano real>pueblo>mujer>nación oprimida: Domitila,
soberano formal>caída-derrota>perro>el Borbón
la bestia>posición erecta>sexo>lobo
la Bestia acaba siempre sometiendo a los soberanos y la Bestia nos remite al Leviatán “hobbesiano”, el sermón laico ya tiene su pauta moral pequeñoburguesa: hagas lo que hagas la Bestia es inevitable, por lo tanto, bufonea sin hacer el bufón y no provoques a la Bestia...

Sade amontona cuerpos, le interesa más la anatomía que el sexo, el placer está antes en el castigo que en Eros, Sade es un aristócrata ofendido que moraliza con el disfraz del escándalo; en la obra de Inés Doujak aparece este amontonamiento estático, se busca epatar, pero la acción ha de quedar congelada, no puede ir más allá de la pasta de papel, la dinámica esta reñida con la moral, la alegoría y el sermón agradecen el amontonamiento

...y para acabar

 prefiero el escarnio y la sátira del bufón que casi siempre es víctima del Poder y a la Bestia me interesa  citarla en la lucha de clases, sin dejarle ni un milímetro, ni un segundo de ventaja, lo demás, lo demás son zarandajas pequeñoburguesas

no me gusta Sade, me aburre, el erotismo no sólo está en la Mitología Griega o en el Satiricón, está en un contemporáneo de Sade: el gran Retif de la Brettone, está en Pierre Louÿs o en Manuel de Pedrolo...

no me interesan ni la moral, ni la crítica constructiva, ni las alegorías ni tonterías por el estilo, me interesa el fluir contradictorio del discurso tal como lo entendía Heráclito, me interesa la dialéctica como la entendía Hegel y después Marx y me interesa, por supuesto, la crítica dialéctica...


ya... y no me interesa nada, pero nada la obra de Inés Doujak, más allá de haber servido para precipitar la caída de un melifluo incapaz como Bertomeu Marí, ex director del MACBA.



No hay comentarios: