martes, 24 de abril de 2012

El suicidio económico de Europa




Paul Krugman 22 ABR 2012

La semana pasada, The New York Times informaba de un fenómeno que parece extenderse cada vez más en Europa: los suicidios “por la crisis económica” de gente que se quita la vida desesperada por el desempleo y las quiebras de las empresas. Era una historia desgarradora, pero estoy seguro de que yo no era el único lector, especialmente entre los economistas, que se preguntaba si la historia principal no será tanto la de las personas como la de la aparente determinación de los líderes europeos de cometer un suicidio económico para el continente en su conjunto.


Hace solo unos meses albergaba algo de esperanza respecto a Europa. Es posible que recuerden que a finales del pasado otoño Europa parecía estar al borde de la crisis financiera, pero el Banco Central Europeo, homólogo europeo de la Reserva Federal estadounidense, acudió al rescate. Ofreció a los bancos europeos unas líneas de crédito indefinidas siempre que presentaran bonos de los Gobiernos europeos como garantía, lo que ayudó directamente a los bancos e indirectamente a los Gobiernos, y puso fin al pánico.


La cuestión por aquel entonces era saber si esta acción valiente y eficaz sería el inicio de un replanteamiento más amplio, y si los líderes europeos usarían el oxígeno que el banco había insuflado para reconsiderar las políticas que llevaron las cosas a un punto crítico en primer lugar.
Pero no lo hicieron. En vez de eso, persistieron en sus políticas y en sus ideas que no dieron resultados. Y cada vez resulta más difícil creer que algo les hará rectificar el rumbo.
Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla
Piensen en la situación en España, que actualmente es el epicentro de la crisis. Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla, con una tasa de desempleo total del 23,6%, comparable a la de EE UU en el peor momento de la Gran Depresión, y con una tasa de paro juvenil de más del 50%. Esto no puede seguir así, y el hecho de haber caído en la cuenta de ello es lo que está incrementando cada vez más los costes de financiación españoles.


En cierta forma, no importa realmente cómo ha llegado España a este punto, pero por si sirve de algo, la historia española no se parece en nada a las historias moralistas tan populares entre las autoridades europeas, especialmente en Alemania. España no era derrochadora desde un punto de vista fiscal; en los albores de la crisis tenía una deuda baja y superávit presupuestario. Desgraciadamente, también tenía una enorme burbuja inmobiliaria, que fue posible en gran medida gracias a los grandes préstamos de los bancos alemanes a sus homólogos españoles. Cuando la burbuja estalló, la economía española fue abandonada a su suerte. Los problemas fiscales españoles son una consecuencia de su depresión, no su causa.
Sin embargo, la receta que procede de Berlín y de Fráncfort es, lo han adivinado, una austeridad fiscal aún mayor.


Esto es, hablando sin rodeos, descabellado. Europa ha tenido varios años de experiencia con programas de austeridad rigurosos, y los resultados son exactamente lo que los estudiantes de historia les dirían que pasaría: semejantes programas sumen a las economías deprimidas en una depresión aún más profunda. Y como los inversores miran el estado de la economía de un país a la hora de valorar su capacidad de pagar la deuda, los programas de austeridad ni siquiera han funcionado como forma de reducir los costes de financiación. Lo que es realmente inconcebible es mantener el rumbo actual e imponer una austeridad cada vez más rigurosa.


¿Cuál es la alternativa? Bien, en la década de 1930 —una época cuyos detalles la Europa moderna está empezando a reproducir de forma cada vez más fiel— el requisito fundamental para la recuperación fue una salida del patrón oro. La medida equivalente ahora sería una salida del euro, y el restablecimiento de las monedas nacionales. Pueden decir que esto es inconcebible, y que sin duda alguna sería enormemente perjudicial tanto económica como políticamente. Pero lo que es realmente inconcebible es mantener el rumbo actual e imponer una austeridad cada vez más rigurosa a países que ya están sufriendo un desempleo de la época de la Depresión.
Por eso, si los líderes europeos quisieran realmente salvar al euro estarían buscando un rumbo alternativo. Y la forma de dicha alternativa es en realidad bastante clara. Europa necesita más políticas monetarias expansionistas, en forma de buena disposición —una buena disposición anunciada— por parte del Banco Central Europeo para aceptar una inflación algo más elevada; necesita más políticas fiscales expansionistas, en forma de presupuestos en Alemania que contrarresten la austeridad en España y en otros países en apuros de la periferia europea, en vez de reforzarla. Incluso con esas políticas, los países periféricos se enfrentarían a años de tiempos difíciles, pero al menos existiría alguna esperanza de recuperación.


Sin embargo, lo que estamos viendo en realidad es una falta de flexibilidad absoluta. En marzo, los líderes europeos firmaron un pacto fiscal que establece de hecho la austeridad fiscal como respuesta ante todos y cada uno de los problemas. Mientras tanto, los principales directivos del banco central insisten en recalcar la voluntad del banco de aumentar los tipos a la más mínima señal de una inflación más elevada.


Por eso resulta difícil evitar una sensación de desesperación. En vez de admitir que han estado equivocados, los líderes europeos parecen decididos a tirar su economía —y su sociedad— por un precipicio. Y el mundo entero pagará por ello.


(Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, es catedrático de la Universidad de Princeton).


Para O comentario:



Si hoy publico este artículo que apareció el domingo en el suplemento Negocios del diario El País, no es por simpatía con el señor Krugman con el cual sólo me une pertencer al género humano y poco más, sino porque su análisis de la situación económica europea trasciende lo estrictamente financiero y vuelve sus palabras hacia lo social. Me parece acertada su propuesta de salida del Euro y recuperación de las monedas nacionales como punto de partida, como forma de comenzar a "hacer borrón y cuenta nueva". Lo que no dice, porque sencillamente no lo puede decir, cual es el salto cualitativo político siguiente, que supondría otra forma de enteder la sociedad y la economía. De lo contrario sería tropezar dos veces con la misma piedra y pienso que ya la cuerda no da más y que los experimentos siempre con gaseosa.

Cuando Francia me había dejado una media sonrisa (no tanto por Hollande, que también, sino por el avance del Frente de Izquierdas de Jean Luc Mélenchon y claro, me preocupa el 18% de los fachas capitaneados por la familia Le Pen) hoy me entero que los de Democracia Real Ya acaban de fraccionarse, unos parecen haber aprendido que sin un mínimo de organización política -política no burguesa, se entiende- el sistema acaba diluyéndote y otros que aún piensan que aquello que no sea espontáneo y quimicamente puro no tiene razón de ser. Unos se plantean avanzar en la historia y tranformar la sociedad, los otros son los inmovilistas de siempre incapaces de dar un paso sin convocar una asamblea (ayer, la persona que más amo en el mundo, me regaló un libro que apunta precisamente a ese aspecto durante la Guerra Civil, Contrarevolució Els Fets de Maig de 1937, escrito por Ferran Aisa y aunque se ocupa fundamentalmente de la escabechina que hicieron los stalinos de trotskistas, poumistas y anarquistas, la forma de actuar de estos últimos, precisamente, les facilitó mucho las tareas a los "muchachos" de la OGPU).


salut i solidaritat amb Kaos en la Red








3 comentarios:

LLG dijo...

Hola Hugo, me gustaría comentar algún punto de tu “aportación” a la entrada.
En concreto cuando te refieres a la “fractura” de Democracia Real Ya.
Dices, y parece que tienes muy claro cuales son las razones del fraccionamiento, que “unos parecen haber aprendido que sin un mínimo de organización política -política no burguesa, se entiende- el sistema acaba diluyéndote”.
Hombre Hugo, me resulta una afirmación muy tajante y muy poco o más bien nada argumentada por tu parte. Digo que es muy tajante porque lo que en mi opinión demuestra la historia, al menos la de las últimas décadas en este país, es justo lo contrario. Todas las organizaciones políticas, sindicales y ciudadanas (barrios, feminismo, ecología, etc) se organizaron “políticamente” en el “molde” del sistema democrático y, ya hemos visto y sobre todo “sufrido”: los partidos políticos, todos, son maquinarias electorales que sostienen y consolidan el Sistema Capitalista y el Imperialismo. A otro le pondría ejemplos, a ti creo que no hace falta. El movimiento ciudadano se lo cargó de un plumazo el PSOE arguyendo que los derechos ciudadanos ya los defenderían los “Partidos” en el Parlamento y que en una democracia la gente debía dejar la política en manos de “profesionales” y limitarse a votar cada cuatro años. A los Sindicatos los compraron con “el robo democrático” del patrimonio sindical, y con las subvenciones “gubernamentales” y los convirtieron en la cuadrilla de pastores que necesitaban los empresarios para “desactivar” el movimiento obrero que por entonces era el mejor organizado de Europa (¿recuerdas la actuación de la UGT en Repsol de Puertollano?). Y la fuerza, la credibilidad y la “eficacia” del movimiento obrero era tal, gracias a gente como Marcelino Camacho y a una “cosita” que tú no pareces valorar o entender y que es la clave del asunto: “La Asamblea”. Es la clave del asunto porque el “poder” recae en todos los miembros y no en la “cuadrilla” de líderes que pastelean a puerta cerrada con la patronal. La patronal puede comprar, engañar o manipular a un comité de empresa, pero no a una Asamblea. Por eso las asambleas “decisorias” han sido eliminadas de eso que se llama “sindicalismo moderno” y que para mi no es más que “cretinismo sindical”, en el mejor de los casos. No hay más que ver el estado de los derechos de los trabajadores hoy, o su casi absoluta inexistencia.

Y “otros que aún piensan que aquello que no sea espontáneo y quimicamente puro no tiene razón de ser”.
Pues creo que vuelves a errar, amigo Hugo. Para empezar, los que estamos hasta los huevos de estructuras organizativas jerarquizadas y mangoneadas, a puerta cerrada, por los cuatro “listos” de siempre: de pureza química nada; pero de “estructuras organizativas” que se auto-arrogan el control de la información, la financiación y la dirección ideológica, o sea el poder absoluto disfrazado de democrático, menos. Una vez más a las pruebas de la realidad “realmente existente”, te remito.
“Unos se plantean avanzar en la historia y transformar la sociedad, los otros son los inmovilistas de siempre incapaces de dar un paso sin convocar una asamblea.”

LLG dijo...

Por lo tanto, por no alargar esto, te diré que en mi opinión, son ese grupito de “listillos” que han decidido inscribir una “Asociación sin ánimo de lucro” con el nombre de Democracia Real Ya, lo que acabaran montando será un chiringuito más, como ya ha hecho Llamazares y el maridito de Almudena o como Savater y Rosita la fantástica o como… cualquiera que desee vivir “de la politica”. (A eso llamo yo inmovilismo: un chiringuito más para que nada cambie)
En fin Hugo, es cierto que tenemos apreciaciones muy distintas sobre ¿Qué hacer? (y sobre votar o no votar y sobre eso que llamáis huelgas generales, etc.), en cualquier caso y espero que no te lo tomes a mal, creo que deberías de ser más prudente con tus afirmaciones y no mezclar las churras con las merinas o en todo caso fundamentarlas para que “aprendamos” los demás. Buscar paralelismos entre lo que ocurrió en el bando republicano durante la guerra civil (troscos, anarcos y comunistas) y la actitud que tenemos los partidarios de un 15M asambleario y horizontal, es algo que me deja perplejo y francamente no sé donde ves tú la relación.
Y para terminar me gustaría decir algo sobre los “stalinos”. Desde mi punto de vista, el modelo de “partido stalinista” es hoy el vigente en todas las democracias burguesas del mundo mundial. Recuerdo unas declaraciones de un ex ministro pepero de “Trabajo” que más o menos decía: “Tal y como funcionan los partidos y el parlamento, la cosa se arreglaba con una mesa camilla y los dos líderes del bipartidismo”. Eso dijo el señor Pimentel en El País. ¿Para qué voy yo a añadir más? Estoy seguro que Stalin a pesar de haber asesinado al 50% del Comité Central, no lo tenía tan fácil como lo tiene hoy el señor Botín desde su despacho del Opus, digo, del Banco de Santander.

Salud y comunismo, amigo Hugo.

hugo dijo...

Hola Luis:
no, si a veces pienso que debería callar para evitar malos entendidos. De todos modos quedo un poco alucinado con la agresividad y el tono de tu comentario.

Mira Luis, acerca del asunto de Democracia Real Ya sólo sé lo que he leído hoy en El País digital y eso de la Asociación sin ánimo de lucro -que me suena a cualquier cosa menos a organización política-me pareció una iniciativa lógica dentro de la deriva del 15M. Pensé que quizá políticamente podía significar algo más interesante que el asambleísmo hippie y de "rollo güay" de Plaza Catalunya hace poco menos de un año. Desconozco quienes están detrás de todo ello y, sinceramente, su futuro político me inporta poco o nada. Como siempre me importó poco o nada el 15M por sí mismo y por su proyecto. Otra cosa es la trascendencia que pudo tener. En Catalunya lo único interesante fueron los hechos del Parlament del 15J. Y después na de ná.

Mira Luis, soy y he sido siempre marxista, pienso que las cosas hay que interpretarlas dentro del contexto histórico de la lucha de clases y que no hay revolución sin organización revolucionaria. Y aún así te aparecen siempre asesinos como Stalin.
¿Y a mi qué lo de los hiringuitos políticos burgueses? quieres decir que lo de esta gente de la Asociación son unos burgueses más? Es posible, pero no los conozco ni sé lo que piensan. Te equivocas si te parece que apuesto por ellos. Mira Luis, el 15M y la DRY a esta altura, me importan un comino. Es más, al menos la experiencia en Catalunya fue bastante decepcionante en mcuhísmos aspectos
Después hablas también de "las huelgas generales que convocáis" ¡Yooo! no he convocado nada y, en todo caso SI me he sumado, dentro de mis limitaciones de edad y por cuestiones físicas concretas a una gran manifestación de CGT, que es el sindicato más combativo y anticapitalista que hoy existe, al menos, en Catalunya y con serios enfrentamientos con la burocracia sindical.

Respecto a la cuestión asamblea prefiero no entrar porque tu tono, una vez más me parece poco ético e intelectualmente impresentable a esta altura de la Historia, ¿piensas que has de venirme a decir qué es una asamblea porque es una "cosita" que me olvido?. Uffff..
Si el colmo de lo democrático van a ser las asmableas del 15M, mira Luis apaga y vámonos que lo que llegue a ver y oír en Plaza Catalunya era interesante sólo desde la óptica surrealista. Sobre todo cuando más de uno de los que pululaba y hablaba siempre ante la presna dijo un día que eso de la lucha de clases era un "argumento jurásico" porque lo que había que hacer era sumar a todos... porque se trataba de les dijéramos a los que tienen el poder "que los tiempos han cambiado" o que "no somos ni de izquierdas ni de derechas, somos apolíticos". Vale y el 5 de enero llegan los magos de oriente. O dicho políticamente oír eso aburre y desmoviliza, aburre y desmoviliza.

Respecto a mis afirmaciones sobre el asambleísmo anarquista durante la Guerra y a raíz, de Els fets de Maig y el asambleísmo por el asambleísmo del 15M en Barcelona, pienso que, salvando los contextos, evidentemente, -hasta ahí llego Luis, hasta ahí llego, soy burro, pero no tanto- son equiparables en las formas y afectan y mucho la forma de avanzar políticamente.

Vuelvo a reiterarte que hoy por hoy, me importa un comino el futuro del 15M, de los DRY de cualquier pelaje y de estos "asociados". Dan risa porque aún no tienen un año y ya hay camarillas como en los partidos burgueses.
De mi parte respeto mucho tu horizontalidad aunque no la comparta

y hasta aquí llego por hoy

salut