domingo, 15 de enero de 2012

acerca de la Crítica ( diálogo nº 1)



-Usted dice lo que dice, pero no me diga que también se lo cree –Morán le da una chupada al mate sin dejar de mirar el río. No puede dejar de mirar el río.

-Yo no creo en nada, no soy creyente. Yo sólo pienso –dice el Otro-. Y le repito y le sostengo que la crítica, para ser crítica no ha de tener ninguna exigencia moral.

-Pero ha de tener alguien al que le joda su crítica y supongo que ese alguien le podrá responder, ¿o no?

-Eso ya va con el discurso, se entiende. Y también va que una respuesta crítica, para serlo tendría que procurar atenerse a un intercambio falsacionista. Una teoría sólo puede ser rebatida con otra teoría y nunca con una comprobación empírica, sea ésta de la índole que sea. –responde el Otro y añade- O dicho de otra forma, una comprobación empírica que no sirve a una teoría, no sirve para nada. O si, sirve para consolarse en el rencor o para sostenella y no enmendalla.

-No puedo creer lo que acaban de oír mi orejas! Que un marxista como usted eche mano de la práctica conceptual de un reaccionario de tomo y lomo como Popper –sonríe Morán, haciendo cantar el mate y sin dejar de mirar el río.

-No nos une el amor, sino el espanto, decía el cegato de la calle Maipú –sentencia el Otro- No se confunda, Morán, no se confunda, la filosofía de la ciencia y el marxismo tienen más en común de lo que usted se piensa o cree. Mire, la crítica es ante todo un sistema conceptual abstracto que se aplica empíricamente sobre una estructura conceptual o estética. El resultado de todo ese proceso ha de elaborarse como teoría, trascendiendo la mera comprobación empírica. Y en cuanto a Popper... –el Otro dilata la respuesta-... mejor no me amargue lo que me queda del día.

-Está bien, no quiero amargarle nada –Morán acaricia el lomo del perro, se sirve otro mate y vuelve a encantarse con el río que lleva y trae la luz de la tarde- pero acláreme eso de aplicarse sobre “una estructura conceptual o estética”

-Muy sencillo, aunque ya sé que para usted no hay nada sencillo, -apunta el Otro y continúa-. Una estructura conceptual es un sistema ideológico o ideas expuestas sistemáticamente, como usted prefiera. Una estructura estética es una obra de arte, un tema musical o una obra literaria –se entusiasma el Otro-.Siempre estamos hablando de estructuras completas y complejas

-A ver si le entiendo, la crítica habría de evitar ocuparse de lo tangencial, coyuntural o mudable, es decir estructuras en formación. Sólo así sería posible extraer las contradicciones que le otorgan funcionalidad y dinámica a las estructuras –Morán sonríe y mueve la cabeza. Se sirve otro mate y mira cómo el sol entretiene la luz en el río.

-Yo no podría haberlo dicho ni mejor, ni más completo –afirma el Otro.

-¿Y una estructura económico-social, también ha de ser pasto de la crítica?
-No lo dude, Morán, no lo dude. Usted es marxista como yo y esas preguntas casi le diría que sobran o que no pintan nada
-¿Y el procedimiento para entrar a matar estructuras? –Morán sonríe porque adivina la respuesta de el Otro.

-¡Uy! Veo que hoy andamos un poquito nublados. Supongo que ayer la Martina lo congració con el mundo y ahora le aparecen los achaques posibilistas –el Otro no ahorra escarnio, pero Morán lo interrumpe-.

-...no me joda, no me joda ahora con lo de la Martina, que esa piba sabe presentarte el Paraíso en carne y hueso y si después usted solito, ¡eh! usted solito vuelve a meterse en el Infierno ya no hay ni falsacionismo, ni materialismo histórico que le salve de salir chamuscado.

-Morán, no se me ponga estupendo. Usted ya sabe que lo mío con la Martina es cochina envidia y nada más, pero mire, avive un poco el seso: la crítica formal y profunda de una estructura habría de atender, como procedimiento, al planteo general de la dialéctica hegeliana: tesis, antítesis y síntesis.

-Hace tiempo, oiga, hace tiempo que pienso que el Infierno es la realidad –Morán se sirve dos mates seguidos-. Y, en la realidad uno se encuentra con el conflicto, la contradicción antagónica e histórica, es decir, la unidad de los contrarios, es decir, tesis, antítesis y síntesis y también Martina, que existe y persiste –afirma Morán, mientras continúa mirando cómo se apaga la luz en el río. No parece haber advertido aún ni la ausencia del perro ni sus ladridos cerca de la puerta de hierro, en la entrada de la casa.


ni para O comentario:
y para quién quiera volver a releerlo, ponerme a caer de un burro, darme por perdido y barrenado o simplemente pasar de largo (que suele ser lo habitual), pero también y ,sobre todo, para la media docena (mas,menos) de lectores que pasan y se quedan os dejo en compañía de Friedrich Gulda, histriónico,beethoveniano y genial tocando a su maniera este Preludio y Fuga de Bach.

salut


,

1 comentario:

Rosana dijo...

Gracias por el diálogo y por el vídeo. Qué crack!


Ya ves dejo un alguito, y me voy a la leer el relato publicado en Traspiés

Abrazo juerte