la indignación no basta

a mi amigo Daniel, por su esperanza


¿Cuál es el delito, robar un banco o fundar un banco?
(Bertolt Brecht)



1. La indignación es un eufemismo. En su lugar solemos cabrearnos. Generalmente me cabreo. Reivindicar la dignidad está bien, si además se reivindica la justicia social o el justo reparto de la riqueza o la socialización de los medios de producción poder y cultura o la paz y la desmilitarización de los estados o el fin de la expoliación de la naturaleza y la democracia directa. Sí, generalmente me cabreo.

2. Pregunta: ¿De qué sirve la indignación ante la cuenta de resultados del Banco de Santander? ¿De qué sirve la indignación ante la especulación en bolsa de los 35 rubros que componen el Ibex 35? O ante las recetas ultraliberales que propone Fernández Ordóñez desde el Banco de España. O ante las pretensiones quasiesclavistas de los prebostes de la CEOE. O ante la bajada de pantalones de la burocracia sindical como respuesta a la epidemia de EREs y EROs, antesala de la deslocalización de empresas....

Respuesta 1ª: la indignación sirve de poco o nada.
Respuesta 2ª: la indignación genera o puede generar una movilización ciudadana que, una vez puesta en marcha, supera la propia indignación que la originó. Se concretan objetivos y la dinámica de dicha movilización provoca o puede provocar un salto cualitativo: adquirir una conciencia social de la realidad de un sistema económico injusto y violento. Y actuar en consecuencia.
Respuesta 3ª: si sucede lo apuntado en la anterior respuesta es entonces cuando se plantea la legitimidad de un cambio radical -¿revolución?- de los medios de producción, poder y cultura.


3. El problema de indignarse y sólo indignarse no deja de ser una forma de catarsis muy parecida al derecho al pataleo. Su recorrido es corto e individualista. Se agota en la contemplación autocompasiva del propio ombligo ofendido.

4. Nos aplican un ERO. Quedamos en la calle. No podemos pagar la hipoteca y el banco la ejecuta respaldado en las condiciones leoninas del contrato. El asunto, el conflicto no está en que el banco sea el puto amo, que también, sino en la precariedad laboral. ¿A quién puede interesarle nuestra dignidad ofendida? A nadie...a-na-die. Pasamos a ser parados, apaleados, pardillos y más que cornudos, empitonados.
Riesgo nº1: La ley de la selva. Barbarie. Enfrentamientos de pobres contra pobres por un puesto de trabajo.
Riesgo nº2: El moro, el rumano, el ecua o el sudaka tienen la culpa. Se benefician de derechos que a mi me niegan. Barbarie. Xenofobia.
¿Y los banqueros? Bien, gracias.

5. La dignidad nos la han hurtado en el “mercado de trabajo”. Nuestra fuerza de trabajo se convierte en mercadería que se mercadea, por supuesto. Todo lo rige el sacrosanto mercado. La crisis se montó, se organizó y se continúa manipulando en la sancta santorum del maldito mercado. Nos hurtaron la dignidad cuando nos pusieron a producir para el mercado y no para nuestras necesidades. Sí, generalmente me cabreo.

6. El llamado Movimiento 15 de mayo, como todos los “movimientos”, aglutinan una gran diversidad de intereses, sensibilidades y cabreos. Uno de sus puntos débiles es su desorganización y el otro es su desconfianza ante cualquier tipo de organización. Uno de sus puntos débiles es el voluntarismo –no en vano somos hijos del cristianismo, joda o no-. Uno de sus puntos débiles es que su concepto de organización es burgués y el otro es el constante temor a meter la pata. Rechazan la organización política de su movimiento. Si se pretende hacer una revolución es necesario contar con una organización revolucionaria y si no, no. Rechazan la política cuando sus procedimientos son y tienen consecuencias políticas. La primera consecuencia política: el Estado decide eliminarlos...por lo civil o por lo militar, perdón, quiero decir por lo criminal. Su último punto débil es carecer de ideología, es decir de un sistema de pensamiento crítico. Ello le impide plantearse lo fundamental: la cuestión del poder. El pacifismo, lo siento, tiene un límite: pensar que los políticos burgueses y el poder económico reconocerán que están equivocados y que les interesa el género humano. ¡Pamplinas! Lo siento, pero pienso que el sistema capitalista es violento, sólo entiende la violencia y supongo que de esa forma, algún día, más temprano que tarde, habrá de ser abandonado en el pozo negro de la Historia.

7. Los movimientos como el Movimiento 15 de mayo tienen un punto fuerte: es preferible eso a la inercia, la estupidez, el tanto da, el mirar hacia otro lado, el botellón, la autodestrucción, la consola y el consolismo, el facebú, el tuiter y, en definitiva, la soledad.
Otro punto fuerte es su transversalidad generacional.

... y 8. Desde Shakespeare, pasando por Marx, parece que el cometido de los viejotopos es buscar la luz en la oscuridad. Quisiera pensar que el Movimiento 15 de mayo tendrá éxito. Quisiera no dudar. Quisiera pensar que su proyecto tiene un recorrido más allá de las elecciones del 22 de mayo. Quisiera pensar que su proyecto tiene un calendario propio y no el de los administradores políticos del poder económico y financiero. Quisiera pensar que hay una propuesta para acabar con la monarquía, que eso sí que cabrea e indigna.
Quisiera pensar que este movimiento se levantará sobre sus propios pies así se sucedan una o más derrotas

Todo está por hacer y, por primera vez, el Kilómetro O tiene todo el valor simbólico que podamos imaginar.

Ayer en la Puerta del Sol se colgó un cartel al que adhiero sin dudar: No somos antisistema, el sistema es antinosotros.

Sólo dejadme decir: ¡¡a la calle que ya es hora!!

Salut, República y Socialismo.


Asamblea
Plaza de Catalunya, miercoles 17 de mayo.




(fuente: La Vanguardia)







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